Puerto Rico ante los EE.UU. y la política de la indiferencia

Política

(San Juan, 9:00 a.m.) Puerto Rico vive una indiferencia total ante los problemas que se confrontan y viven en los EE.UU. La única forma que nos interesa dicho país es a partir del reclamo de fondos federales.  En ese momento, nunca nos olvidamos. Y de forma ocurrente y por temporada, cada vez que vuelven las elecciones generales en dicho país, la prensa comercial criolla alude a que el voto de los boricuas en los estados importantes por el colegio electoral, determinan quien gana. Vinculan, tontamente, el reclamo de la estadidad a concederle el voto a un partido como a otro.

Puerto Rico no existe en los EE.UU., pese a los esfuerzos de Bad Bunny de ser el mejor compositor musical que le dedica una canción  anti-Donald Trump.  Puerto Rico no existe. Es un territorio con ínfulas de ser, pero realmente hablando ni los 3.1 millones de boricuas en la isla, ni los 5 millones de personas que se reclaman como boricuas en los EE.UU. existen.  Solo existen políticos de origen boricua, como Alexandra Ocasio Cortez, y cuya vinculación a las necesidades materiales de la población inmediata los hacen americanos de facto y boricuas por deseo y voluntad.

Pero ningún boricua isleño se ha solidarizado por protesta o por expresión reciente a favor o en contra de los asesinatos que han ocurrido recientemente por motivo de los disturbios raciales en dicho país. Ni los muertos de Kenosha, Wisconsin, ni el muerto de Portland, Oregón reciben atención.  George Floyd lo recibió por lo horrible de ese asesinato, pero los 10 hombres y mujeres negras asesinadas en los pasados tres meses en los EE.UU., ni los muertos blancos del pasado fin de semana, merecen nuestro interés.

Realmente no somos una colonia de ocasión. Somos una colonia oportunista que ve en la metrópoli el acceso a beneficios económicos.  Esto nos deja maltrechos, y en una situación de precariedad social y política impresionante.  Es tiempo de separarnos de Washington y de los EE.UU., y sobre todo de los problemas de ese país. De forma solidaria los podremos apoyarlos, pero siempre a partir de resolver primero nuestros problemas nacionales aquí en Puerto Rico. Pensemos.