(San Juan, 1:00 p.m.) Llevamos seis meses de vivir “refugiados” en nuestros hogares. Las salidas a la calle, están condicionados por las Ordenes Ejecutivas que impone el gobierno de Puerto Rico, por virtud de la gobernadora Wanda Vázquez Garced. Cada día que pasa, nos acostumbramos a la nueva realidad. En esta nueva realidad, salir a la calle está prohibido.
Bajo la nueva realidad las familias pasan apuros para que sus hijos e hijas tomen clases y vivan comentando que “ahora tengo internet, ahora no tengo, ahora se me fue la luz, ahora mi hermana está usando la única compu disponible en mi casa”. En esa nueva normalidad vivimos en las redes sociales, para construir conocimiento, el cual las limitaciones económicos de los hogares boricuas, entorpecen. No es igual.
Por otro lado, los tribunales de Puerto Rico llevan seis meses trabajando de forma disfuncional. No logran activar sus recursos ni garantizarle acceso a la justicia a la población. Por lo tanto, la vida y la resolución de los conflictos se ha tornado en incierta.
Finalmente, la actividad deportiva se detuvo. Sin subsidios municipales, sin pauta de televisión y más que nada, sin público que asistir a los juegos, no hay deporte. Todo un año sin actividad deportiva, y nadie se ha preguntado como será la vida para los atletas a partir de esta nueva normalidad.
En fin, que la nueva normalidad está probando ser muy ardua para la población. Mas aun, para mantener una economía en movimiento. Por primera vez, debemos preguntarnos como es la vida en la nueva normalidad. Uno comienza a pensar, que es una dura y precaria. Pensemos.