es que este acento salubrista que nos mata;
se volverá rigor de flor, firmeza de pétalos de agua.
Cuándo volverás, imperfecta y amada;
a desyerbar noches y papeles,
a elucubrar negocios de musgo y huracanes.
Ahora que la política y la vida están en la bolsa de valores,
habrá que escoger entre la mosca verde de la muerte,
o el licor cristalino de la extrañeza.