(San Juan, 10:00 a.m.) Desde la década de 1970, los llamados fondos federales se han impuesto como parte esencial de la relación de Washington con Puerto Rico. Es una situación desesperante, toda vez que cada partido político de mayoría y tradicional, o emergente y no tradicional, invoca la relación con Washington para apropiarse y administrar estos fondos. El principio de vivir del subsidio.
Por lo tanto, la narrativa que se ha impuesto es la del inmovilismo a partir de la presencia o ausencia de dichos fondos. Si hay fondos federales, se resuelve Puerto Rico luego del huracán María. Si no hay fondos federales, entonces Puerto Rico no se reconstruye luego del paso del huracán. Por lo tanto, la urgencia de los fondos, determina el curso a seguir del país.
En esta relación de dependencia, nadie piensa como superar la desigualdad a partir del desarrollo autónomo y soberano de la isla. Por lo tanto, en otra narrativa, el problema se imputa a que la isla depende de la flota mercante de los EE.UU., a partir de las leyes de Cabotaje. Se supera dicha relación exclusiva, y Puerto Rico se hace autosostenible, ahora con barcos de bandera panameña, por dar un ejemplo, pero dependiendo siempre de la importación. Sean los productos de China o de los EE.UU., el problema es que la narrativa de la dependencia, no promueve la autosuficiencia. Promueve solo eso: depender en un formato u otro de Washington y sus ayudas.
La narrativa de la dependencia se normaliza, y todas las boricuas, hombres y mujeres de a pie, parten de la premisa que sin ayudas económicas el pais no se desarrolla. Luego vienen otros problemas con esta narrativa, como los cheques del PUA, el fraude, y la comisionada residente del Partido Nuevo Progresista (PNP), Jennifer González, lo único que puede argumentar es que “esto nos afectará en la solicitud de nuevos fondos”. Se trata de la colonia, el colonialismo, más colonizador. Es decir, se trata de asumir que la dependencia es lo normal. Es simplemente terrible.
Salvo en la independencia, la plena, libre y soberana, ninguna forma de dominación puede ser erradicada. Es decir, en la independencia se acabaron los fondos federales, y solo a partir de nuestra voluntad, es que podremos sobrevivir. Pensemos.