(San Juan, 9:00 a.m.) Es curioso que los que más defienden la estadidad para Puerto Rico no solo suelen ser los que menos saben sobre los Estado Unidos, sino también son los que menos explican que ganan con vestir la puerca de seda, y menos evidencia presentan cuando proponen que consumir sin trabajar [como comer lo que siembra otro(a), ponerse ropa que fabrico otro(a)], o tener cosas sin ser productores, y proponer que eso es la felicidad. Los que proponen la estadidad creen que no hay que examinar: a) de donde viene esa idea, b) quien se lucra de ella, c) las consecuencias, o d) las implicaciones para las condiciones en las que nos vemos obligados a vivir.
Una canción de Fernandito Ferrer, dice que Puerto Rico es la corteja de ladrones usamericanos, que sin reconocer ni a la doña ni a sus hijos, después de robarnos a) la tierra, b) la parte de los salarios que se convierten en su ganancia, c) montan la estafa de una deuda impagable, y ahora que está colapsando su régimen entonces promete gestionar la estadidad. ¿Qué evidencia tienen - los que se creen dichas promesas - de que ese país le ha cumplido lo prometido [por tratados entre soberanos] a los indígenas a quienes le robo la tierra o [mediante legislación] a los afro-norteamericanos a quienes le roba el salario hace 400 años ? Quizás esos hijos e hijas no-reconocidos de la corteja glorifican al semental, que visita dos o tres veces al año para dejar unos cacharritos navideños, pero la realidad es otra en la casa de ese padre ladrón - que nunca se queda ni los va a llevar a su vecindario.
En este otro país, Puerto Rico, donde cerca de tres cuartas partes somos afro-descendientes, algunos de los cuales todavía aplauden cuando en las películas los vaqueros genocidas le roban la tierras y matan a los indios en la propaganda televisiva, vale preguntarle - a los parientes que tienen viviendo fuera de este país – como se sintieron cuando los usamericanos les ordenaron quitarse las botas y las pistolas de vaquero de embuste, porque en la realidad del apartheid político y económico a los migrantes exiliados Puertorriqueños les toca - de por vida - hacer de indio, con flechas, plumas y mocasines …. No solo por venir de un país donde ya nos robaron la tierra, acostumbrados a trabajar sin participar en las decisiones de la empresa (sobre que se produce y para quien) ni en la distribución de las ganancias, aceptando el genocidio por sustitución de población (como en Hawaii, Palestina, Islas Vírgenes, Sur África, Kashmir, Martinica, Guadeloupe), sino por vivir arrinconados aquí como consumidores. Incluso descubren los que emigraron desde principios del Siglo XX, que a pesar de seis o siete generaciones fuera de la colonia, no se deja de ser súbdito colonial por viajar al centro del régimen, ya sea a Hawaii, California, Nueva York, Florida, Tejas, Illinois o sentándose en la mesa que pone la Junta de Control Fiscal que ahora gobierna la colonia. Allá afuera viven ya para el 2019 dos terceras partes de los puertorriqueños.
Decía Malcolm X, también hijo de migrantes antillanos, poco antes de ser asesinado (por el mismo gobierno que asesinó a Filiberto Ojeda) que a nadie con uso de razón se le ocurriría meterse en una casa que está ardiendo. El propósito de esta nota es presentar evidencia de que la casa usamericana está ardiendo y allí el gobierno federal no solo ha fracasado sino que tampoco cumple promesas ni tratados.
En cuanto país fracasado, debido a la rígida censura de los medios noticiosos los Estados Unidos no está ni siquiera entre los primeros cuarenta países del mundo en materia de libertad de prensa, ni tampoco en los primeros veinte en exámenes internacionales de ciencias, matemáticas o idiomas. Esa casa ardiendo que conocen mejor los migrantes exilados fuera de P.R. expulsados por un modelo económico [según James Dietz, impuesto en los mil novecientos cincuenta y fracasado desde los años 1960s para cuando las importaciones que se compraban a los monopolios transnacionales eran más que lo que exportaban productores puertorriqueños sin protección tarifaria]. Esos mismos migrantes paisanos nuestros también conocen mejor esa casa que arde por disponer de mayores opciones de medios informativos. Dentro del régimen en ese impero que se hunde, también está en crisis su modelo económico carente de cadena soberana de suministros y sin proyecto alterno de país que no sea robarle recursos a otras naciones y cobrarle intereses por la deuda pública: como evidencia adicional, aumenta allá en E. U. la tasa de suicidios, alcoholismo, drogadicción (que causa una mayoría de muertes) entre menores de cincuenta años, depresión (consumen dos terceras partes de la producción mundial de anti-depresivos), creciente tasa de mortalidad prematura, reducción expectativa de vida, desde 2014, cada generación es físicamente más pequeña, sobre treinta por ciento fuerza de trabajo recibe cheques del desempleo, una de cada seis personas no sabe de dónde viene su próxima comida, y ni siquiera se producen los equipos de protección personal para el personal esencial sino que se importan de China y Vietnam. Según la prensa irlandesa, hora los Estados Unidos no inspiran miedo (pierden guerras en Viet-Nam, Siria, Iraq, Afganistán, Líbano, Yemen) ni envidia, sino lastima. Así es que esa casa arde.
Y hay más: ya en el 2011 los premios Nobel de Economía establecieron un Indice de Progreso Social que hasta el momento cubre 111 países de sobre 205; dicho índice consigna el colapso de los Estados Unidos al que alegremente se quieren integrar gente no mal informada, sino con dificultad para conectar causas y consecuencias con implicaciones. Entre los que peores - y empeorando - quedan, según ese índice, están Hungría, Brasil, y Estados Unidos. En términos generales, este último bajó del lugar 19 en 2011 al 28 en 2019, en el renglón específico del acceso a la educación pública de calidad Estado Unidos está al nivel de Mongolia y Uzbekistán, en el lugar 91 de 111 (que es el peor); y, en el renglón de salud pública el corazón de la bestia está al nivel de Chile, Albania, y Jordán, en el lugar 97 de 111 (que es el peor). Para colmo de males, dentro del imperio global se padecen más homicidios, desigualdad económica, peores servicios públicos y una infraestructura colapsando. Esta es la casa ardiendo a la que quieren entrar en calidad de inquilino de tercera clase los que están aplaudiendo con las orejas tras la promesa de la estadidad, detrás de los ricos dueños de la casa, y luego detrás de los trabajadores racial izados y excluidos que sí la pagan con sus impuestos.
Para los deslumbrados con la promesa de la estadidad para Puerto Rico veamos la situación del Imperio ahora en 2020 en medio de la crisis de salubridad, la depresión económica recurre desde 1975 que empeora ahora, la hambruna y las inundaciones vinculadas al calentamiento climático, números crecientes de gente sin casa viviendo bajo los puentes, y el atraso tecnológico de los monopolios usamericanos.
Primero, los usamericanos son menos de cuatro por ciento población mundial pero llevan ya sobre 200,000 que son treinta por ciento de los muertos en el mundo por el COVID-19 a causa de la incompetencia burocrática, que también conocen en Puerto Rico las personas que aguantan las chapucerías de FEMA y las limitaciones bajo las cuales opera la burocracia gubernamental.
Segundo, desde 2007 mueren diariamente tres civiles - asesinados por policías municipales impunes – que suman más de mil anuales, y uno de esos tres muertos diarios es un afro-descendiente que habla inglés o castellano.
Tercero, en Estados Unidos no ha existido ni existe la mobilidad social y la desigualdad económica se expresa mediante sesenta billonarios que hoy son dueños de más bienes (generan ganancia) que la mitad de abajo. El uno por ciento de la población en ese otro país controla treinta trillones de dólares en recursos que generan ganancia a la vez que la mitad de abajo tiene más deudas que recursos. La quinta parte más pobre de los residentes en ese país no tienen propiedades ni ahorros ningunos. Allá, entre Marzo y Agosto, 2020 han cerrado cerca de cuatro millones de empresas. Mientras desde Marzo, 2020 hay veinticinco millones de desempleados (entre 15-25% de la fuerza trabajo), en un país donde han desaparecido siete trillones de dólares en riqueza, acabando con el mito sobre la existencia de algo llamable clase media, que no explica nada. La evidencia es que cuarenta por ciento de la población en ese país no tiene cuatrocientos dólares para una emergencia, y están a ley de perder dos cheques para tener que declararse en quiebra. Al mismo tiempo la brecha social y política crece: hay treinta nuevos billonarios y los demás de su misma clase aumentaron su riqueza en veinte por ciento (entre Marzo y Agosto, 2020), además de copar ochenta y cinco por ciento de todas las ayudas gubernamentales so pretexto depresión económica acompaña crisis salubridad.
Cuarto, desde Marzo, 2020 cuarenta millones de personas en Estados Unidos han sido expulsados de sus viviendas por inpago de alquiler o hipotecas, vinculado al desempleo y a la falta de seguros médicos con los que cubrir a los siete millones de infectados y 200,000 muertos a la altura de Septiembre, 2020, más los 200,000 muertos adicionales de COVID-19 que se esperan en ese otro país para Enero 2021.
Quinto, durante este mismo periodo desde Marzo 2020 con los asesinatos de Latinos y Afro-descendientes, en las calles de Estados Unidos - de los cuales hay evidencia fílmica - se enfrentan los que protestan (por los asesinatos impunes) con las milicias fascistas que respaldan la policía racista, que es el ejército de ocupación reprime a obreros desempleados y gente sin casa que protestan juntos en las calles.
Sexto, en esa casa usamericana en candela los bancos no están prestando, previendo las quiebras, bancarrotas, cierres de negocios, y próxima derrumbe en la bolsa de valores a causa de la pérdida de poder adquisitivo de la moneda seguida por la creciente inflación. El creciente desempleo dentro de los Estado Unidos, antes mencionado, será permanente pues para el 2028 la robótica y la tecnología informática eliminaran la mitad de los trabajos que existían en el 2013.
Séptimo, al igual que en todos los países y colonias donde se ha impuesto la privatización de servicios sociales y compra de deuda en condiciones de estafa, la crisis de salubridad a causa del virus CORONA-19 en el centro del imperio revela lo que se había ignorado por décadas: un usamericano infectado muere a cada minuto de cada día, seis veces más amenudo que el promedio mundial, en un país que anualmente reduce la inversión en salud pública, y que ni siquiera puede producir mascaras para evitar los contagios, ni respiradores suficientes o educar personal médico capaz de cubrir tres turnos en hospitales públicos donde la salud no es un derecho humano sino una mercancía más.
Acabo este inventario de evidencia sobre esa casa que arde, con un verso del grupo Chileno BLOQUE DEPRESIVO que vale repetir ahora: “lo más feo del mundo es la gente que vive llorando, con barriga llena”. Así es un país que ha pasado de la barbarie a la decadencia sin ser civilizado, y a eso es a lo que se quieren pegar los que se conforman con ser hijos de la corteja para seguir llorando (con la barriga llena) tras no poder inventar la negación del presente. El porvenir sin embargo pertenece a los que ejercen la imaginación.
La próxima nota para POST ANTILLANO será sobre lo que la discusión de la estadidad – como un carimbo buscado - y la colonia revela sobre lo poco que entendemos sobre cómo funciona el capitalismo al presente.