Boricua [supera el síndrome] solo la independencia

Política

(San Juan, 10:00 a.m.) Puerto Rico se encuentra a poco menos de tres semanas para las elecciones de este año fiscal 2020. Las pasadas elecciones han sido tragicomedias bipartidistas avaladas por las masas pero pareciera que este año el humor boricua está saturado. El reloj de arena colonial aparenta estar llenando su y ha ido despejando la superficie dejando visible la ahora más que evidente desproporcionada trata (económica, política) humana recibida por parte del gobierno estadounidense. Me refiero al simple hecho de que ser una colonia no debería estar dentro de las opciones de estatus político. 

Desde 1510 con las acciones pioneras de Juan Ponce de León nuestra historia ha sido una de trabajo semi-forzado. Esclavos asalariados nos llaman. Contrario al pensar popular, para los colonos españoles los Taínos estaban siendo recompensados por sus funciones sociales; esto, porque los súbditos de la corona no podían ser esclavizados. Obviamente si no cumplían sus funciones eran castigados. No quisiera decir que es igual ahora; diría que todo ha cambiado si en 1868 nuestro grito no hubiese sido saboteado. Por más triste que nos resulte, para entonces algunos pensaran que el único sueño posible era el americano. ¿Qué hay del soñador boricua y su sueño borincano? 

El asunto en cuestión es: ¿En qué momento hemos ejercido nuestro deber de dejar valer nuestro derecho más simple e indeleble? Ese de decidir los parámetros que rigen nuestro diario vivir. Nunca. Somos víctimas de las filosofías primitivas racistas y xenófobas que tejieron nuestros antepasados europeos en el Nuevo Mundo.

Por eso el Estado Libre Asociado (ELA, si es tu respuesta a la pregunta anterior) es solo el reflejo de un pueblo afectado psicológicamente, traumado. Vivimos con el Síndrome de Estocolmo buscando ser de utilidad para aquellos que aguantan la cadena atada en nuestro cuello desde el otro lado. Eso termina este año pues la libertad es nuestra única opción de progreso real.