Perspectiva económica: Panorama

Economia Solidaria

Decía Christine Lagarde, director gerente del Fondo Monetario Internacional que 'en Democracia, si la gente no está satisfecha con su Gobierno hay que cambiar a la gente'. Vivimos en un contexto en el que hacer las cosas bien no es rentable. El consumidor responsable paga más, el empresario responsable gana menos y el político valiente no dura tres días. Sin embargo, queda muy feo que el equipo que va perdiendo se queje del arbitraje.

En economía se habla un lenguaje básico, que es incomprendido por la mayoría de los formuladores de políticas gubernamentales. Peor aún es, que ese lenguaje no trate de explicarse al ciudadano de a pie de calle. Sin embargo, “cuando piensas que va a suceder lo inevitable, surge lo imprevisto” (Keynes).

PIB o Y = C + I + G + (X – M)

El producto interno bruto (PBI) es la medida estandarizada más usada para medir el total de ingresos oficiales de un país, ya que aglutina el valor a precios de mercado de todos los bienes (productos) y servicios (el corte de pelo en el barbero, por ejemplo) en un periodo determinado. En la misma oración he utilizado las palabras, ingresos, precios y valor. En un artículo futuro, explicaré que significa cada una de esas palabras en economía o como difieren de su uso coloquial en la calle.

Desgranando la economía o sea el PIB, la Y representa el total de ingresos de un país, compuesto de la suma de C, que se refiere al consumo de los individuos, I agrupa la inversión total de un país (pública y privada), G representa la posición neta del gobierno (impuestos vs gastos) y por último, la balanza comercial (X para exportaciones vs M para importaciones).

En Puerto Rico, la variable importante es la G, las dependencias del Estado Libre Asociado (gobierno estatal, municipios, corporaciones públicas). El gobierno del ELA es el primer patrono en Puerto Rico y a su vez, complementa sus ingresos con trasferencias presupuestarias del gobierno federal en Washington. De ahí, que se escuche decir a muchos empleados públicos, 'ese programa es federal y viene con otros parámetros, otros requisitos'. Por ejemplo, cuando se aplicó la ley 7 (ley de emergencia presupuestaria) para reducir empleados en las dependencias públicas, hubo agencias de gobierno que no aplicaron los recortes porque su presupuesto se financia mayormente de fondos federales. El poder de decisión está en Washington, porque es Washington quien paga. De ahí, que nuestros políticos estén más interesados en “cortejar y aprovisionar” a Washington, en vez de implementar el programa de gobierno que le presentan a los ciudadanos. Más grave aun, es que mientras menos éxito tenga sus políticas de gobierno más dinero reciben, porque en su mayoría los programas federales vienen diseñados a atacar la pobreza.

'Políticamente falso e intelectualmente fraudulento'

Los recaudos del fondo general del ELA totalizan alrededor de 8,670 millones por año fiscal (1ero Junio-31 Julio). A esa cantidad, hay que sumar los impuestos especiales y temporeros. Sin embargo, el presupuesto consolidado del ELA es de 29,240 millones. ¿Cómo? Por las transferencias presupuestarias directas que se realizan desde Washington, para financiar distintos proyectos con parámetros determinados, con posibilidad mínima de modificación, alejados muchas veces de la realidad local y que promueven un circulo vicioso de corrupción para obtener contratos, subastas fraudulentas, empresas fantasmas, facturación irregular a empresas públicas, esquemas de donaciones ilegales a partidos políticos, suplantación de empresas privadas para realizar laborales que le compete a los funcionarios públicos, excesiva contratación de servicios profesionales a candidatos no electos en pasadas elecciones, excesiva contratación de empresas donantes de partidos políticos, poca transparencia en la privatización de empresas públicas, poca transparencia en la gestión de empresas públicas, déficit excesivos en los municipios, déficit excesivos en el presupuesto nacional y lo que es aún peor, una gestión desastrosa de la deuda del país. Decir, que las transferencias federales directas al presupuesto del ELA es la solución a nuestro problema es políticamente falso e intelectualmente fraudulento.

En materia económica, existen los errores de juicio y por supuesto, los errores conceptuales. Sin embargo, en Puerto Rico debemos atacar el problema: Las transferencias presupuestarias extranjeras provocan dependencia y ausencia de rigor, en política económica.