In memoriam a Roberto Roena

Justicia Social

(San Juan, 1:00 p.m.) Mi primer LP, vinilo, de Salsa fue el de Apollo Sound VII.  Ese fue el que tenía la canción “mi desengaño”.  El resto, “cuando despiertes te hablaré, de un algo extraño…”. Todo lo que vino después es mi memoria de un hombre llamado Roberto Roena Vázquez, nacido en el barrio Dulces Labios de Mayagüez, y criado en el entorno de Santurce, inicialmente bajo la sombra de Rafael Cortijo Verdejo. 

Es decir, como músico, debutó en el Combo de Cortijo en la época de gloria de 1954 a 1962. En el 1962, ante el arresto de Ismael Rivera y en parte de Rafael Cortíjo Verdejo, Roena convocó a pedido de su madre a una reunión en su casa en Santurce.  El resto es historia: Rafael Ithier tomó la iniciativa y fundó el Gran Combo de Puerto Rico. Luego de la convocatoria, Roena no se fue con Ithier, permaneció un tiempo con Cortijo y luego inició una trayectoria de varias orquestas o combos, hasta fundar a fines de los años 1960 el Apollo Sound.

Lo cierto es que a lo largo de toda su carrera, Roberto Roena siempre fue un conspirador. No sólo provocó el cisma en el Combo de Cortijo hacia el Gran Combo, sino que luego provocó otros procesos muy interesantes en la industria de la música.  Es responsable, eso dicen, de que Andy Montañez dejara al Gran Combo en el 1977 y se fuera a cantar con la orquesta Dimensión Latina en Venezuela.  También dicen que fundó o ayudó a fundar a la Puerto Rican All Star, para nivelar la competencia con la Fania All Star, donde también guisaba como bongosero.

A lo largo de mi vida bailé mucho con Roberto Roena y su Apollo Sound. La última vez en el 2017.  En fin, fue un buen tipo. Humilde siempre. Consistentemente jovial. Dedicó toda su vida a la música. Que descanse en paz.