Un huracán llamado LUMA [en alfabeto taíno]

Caribe Hoy

Para este año 2021 se pronosticaron entre 15 y 21 tormentas, que incluían entre 7 a 10 huracanes, cinco de los cuales podrían ser de gran magnitud. La temporada de ciclones para el Mar Caribe y el Océano Atlántico corre del 1 de junio hasta el 30 de noviembre.  Regularmente, Puerto Rico se ve mas afectada durante el mes de septiembre, aunque aun nos quedan dos meses para concluir la temporada.

En esta temporada la lista de nombres para los huracanes incluye: Ana, Bill, Claudette, Danny, Elsa, Fred, Grace, Henri, Ida, Julián, Kate, Larry, Mindy, Nicholas, Odette, Peter, Rose, Sam, Teresa, Víctor y Wanda.  Sin embargo, el Centro Nacional de Meteorología, erró en su estimado de huracanes para Puerto Rico y en el nombre de estos. ¿Porqué? Porque en la isla nos está azotando desde hace un tiempo el Huracán LUMA, que no está incluido en la lista de nombres propuestos.

El Huracán LUMA es un fenómeno, no atmosférico sino creado por el hombre, que irónicamente nos ha maltratado fuertemente desde el pasado mes de septiembre, con apagones continuos a lo largo y ancho de la isla.  Al parecer, sus efectos sobrepasaran el mes de noviembre.  Desde el inicio de la llegada de LUMA el pueblo podía anticipar que el contrato con este consorcio se trataba de otros de esos compromisos programáticos que hace el gobierno para lucrar a unos pocos a costa del bienestar de la comunidad en la isla.  El gobierno, en su afán de privatizar, contrató a este grupo que contaba con muy poca experiencia la forma de manejar y correr la Autoridad de Energía Eléctrica en Puerto Rico. Así mismo el gobierno justificó el contrato indicando que era uno administrativo y que la AEE seguiría corriendo la parte técnica. ¡Sí Pepe!

Una vez más el gobierno daba justificaciones al pueblo de actuaciones y contrataciones que no beneficiarían al pueblo. Pero, con la llegada de LUMA se justificaría la remoción o el traslado de miles de empleados de la AEE a otras agencias del gobierno, la eliminación de beneficios como el plan médico y el retiro de empleados se podría desbandar a la UTIER, y claro, aumentar desmedidamente los costos de la luz a los consumidores.  De modo, que el gobierno buscaba con este contrato ahorros en sus arcas. Todo esto ya ha ocurrido.  Lo problemático es que cuando se les propone a los consumidores que unos cambios redundaran en beneficios y economías y esto no sucede, es claro que el gobierno está engañando al pueblo.

Los apagones rampantes y desmedidos que están ocurriendo son totalmente inaceptables.  Antes de LUMA, el sistema era imperfecto, cierto.  Había apagones y la agencia necesitaba cambios y ajustes.  Pero aun así, la respuesta de los trabajadores de la AEE, antes de la intervención de LUMA, era una más rápida y efectiva. Desde la entrada de LUMA el sistema de energía eléctrica es un solemne desastre.  Claro, los ejecutivos de LUMA, que se vendieron como conocedores energéticos sin serlo, quieren echarle la culpa de sus deficiencias y los continuos apagones, a la plantilla reducida de empleados de la AEE que quedaron.  Mire pescao’ vaya con ese cuento para otro lado.

Ahora, ante la crisis energética y los reclamos fuertes del país, el gobernador quiere sacar pecho. Mientras, se pretende que el pueblo siga pagando y costeando un servicio esencial sin tenerlo. Cada apagón provoca daño a enseres eléctricos y computadoras de los ciudadanos.  Cada apagón previene que a personas enfermas se les comprometa sus vidas por falta de energía para los equipos de salud.  Cada apagón causa que los ciudadanos pierdan horas de estudio y trabajo.  Con cada apagón el pueblo se sigue desmoralizando. Todo este problema energético pudo haber sido trabajado de otra forma que en efecto beneficiara al pueblo. Ya no se hizo.  Ahora las ráfagas de viento del Huracán LUMA andan azotando y acabando con la isla. ¿Hasta cuándo el pueblo podrá aguantar tanto trato deshumanizante?