El pasado viernes a las 5:00 de la tarde, empezaron a reunirse personas de toda la isla en el Expreso las Américas, cerca de la Avenida Domenech para marchar en contra de LUMA Energy. Todo el pueblo reconoce que desde hace años tenemos problemas con el sistema eléctrico de Puerto Rico. Sin embargo, a pesar de todos los males, los empleados de la AEE conocían el sistema eléctrico y podían responder a emergencias y resolver.
Desde la llegada del consorcio LUMA, las controversias no han faltado. Peor aún, el sistema eléctrico se fue al piso de picada y somos los ciudadanos a lo largo de la isla quienes estamos sufriendo todos los días por los apagones, la perdida de equipo, comida, trabajo, causados por la falta de electricidad. Cuando hablo de todos los ciudadanos incluyo a los empleados públicos, y en particular a los policías (estatales y municipales), que bastante maltrato han tenido que aguantar en términos de salarios y beneficios pésimos.
El estado, por su parte, ha sido una marioneta de los grandes intereses y capital, en todo este juego con LUMA, que fue una empresa impuesta por la Junta de Control Fisca. Inicialmente, al hacer el anuncio de la selección de LUMA, la entonces gobernadora Wanda Vázquez elogió esta decisión y represento que los empleados de AEE que no quisieran trabajar con LUMA, podrían permanecer en AEE. Sobre este particular todos sabemos lo que pasó. Los empleados que no quisieron aceptar trabajar con LUMA fueron movidos a otras agencias, y para efectos funcionales la AEE fue desbandada y quedó como un esqueleto, en huesos.
LUMA por su parte no ha podido sacar los pies del plato. No ha podido cumplir, porque el plan que tenían con el gobierno, de quedarse con los empleados de la AEE por menores salarios y beneficios, no prospero. Entonces, están manejando un monstro de red eléctrica a ciegas. Cual ha sido el resultado: apagones a miles de abonados como la orden del día, un pésimo servicio al cliente y un alza en las facturas para pagarle a los buitres de la deuda inconstitucional que todavía no suelta su mordida de nuestros traseros.
Entonces, los ciudadanos ya hartos de los abusos de forma orgánica y a través de las redes sociales convocaron una marcha para protestar y pedir la cancelación del contrato con LUMA. La presión del pueblo ha sido tanta que el gobernador Pierluisi, parece que está concluyendo la luna de miel con LUMA, y le ha hecho una serie de exigencias para que mejore sus respuestas. Esa es la cara, que quiere mostrarle al pueblo para aplacar el malestar generalizado que hay. Por el otro lado, sin embargo, tanto él como el alcalde de San Juan, instruyen a sus policías para que subrepticiamente, hagan incomoda a los manifestantes la protesta que se están cociendo contra LUMA. ¿Cómo así? Pues con le excusa de que ningún coordinador de la protesta se comunico con ellos, decidieron cerrar los portones de acceso del final de la Avenida Domenech para cruzar por el Coliseo Roberto Clemente hasta la avenida Roosevelt. Dentro de ese espacio, en vez, ubicaron cientos de efectivos del estado para controlar la manifestación. O todo ese despliegue sería para defender los intereses de LUMA.
La marcha fue una reacción orgánica donde participaron cientos de adultos mayores. Siendo estos una población vulnerable que sufre grandemente con los apagones de luz. Participaron también jóvenes y adultos de toda la isla. Esta marcha representa la voz del hastío del pueblo hacia la situación en que se encuentra el país; representa una voz que exige respeto y menos abusos. Esa voz representa también a esos policías que impidieron el paso de la Avenida Domenech al Coliseo, representa a esos empleados del estado que dificultan el derecho a la protesta por defender intereses partidistas o de empresas neoliberales como LUMA. Es una voz popular que grita cese a los abusos y exige mejores servicios básicos a costos razonables. ¿Quién puede estar contra esto que no sean aquellos que se lucran y quieren esclavizar al pueblo?
El pueblo esta cansado de abusos y maltratos. Queden apercibidos los gobernantes y el estado, que, si la única forma de que se escuche la voz de denuncia del pueblo es dando cacerolazos, marchando y protestando eso haremos.