Marchemos por un país que funcione [para evitar el colapso en caída libre]

Política

(San Juan, 9:00 a.m.) El viernes pasado marchamos contra Luma Energy.  Un total de 30 mil personas (al comienzo) y una retención de 15 mil personas (al final de la marcha) participaron en el evento. La indignación es total.  La pregunta, ¿contra qué es la indignación?  Si me preguntan a mí, que cubrí el final de la marcha y pudimos entrevistar a una serie de ciudadanos, la indignación es ante la pobre calidad de vida que estamos teniendo en Puerto Rico. Esto va desde lo público hasta lo privado.
Pero lo interesante es que de un tiempo reciente hasta el presente, o vivimos huracanes, o los muertos por la falta del servicio eléctrico, terremotos, y más recientemente una pandemia; tenemos la sensación de vivir un país en colapso el cual está en caída libre.  No hay mucho más que decir: no tenemos proyecto de país, y lo único que nos queda es migrar.
Lo interesante es que ciertos sectores de la prensa comercial, se pasan todo el día despotricando contra el estado.  Pero, alguien ha pensado cómo le va al sector privado.  Es curioso, pero al sector privado le va tan mal como le va al sector público.
Ayer, en medio de la fila de un supermercado, cadena nacional, descubro que sólo tenían cuatro empleados en todo el lugar, razón por la cual las filas para pagar duraban cerca de una hora.  Terrible, pero se trata de un país que dejó de funcionar.
Por lo que es momento de volver a marchar, pero para simplificar que Luma Energy se vaya. Sino para producir respuestas en torno al país que queremos y no estamos teniendo. En otras palabras, ofrecer modelos soberanos que nos permitan garantizar una mejor calidad de vida. Pensemos.