(San Juan, 9:00 a.m.) Me opongo al recorte en las pensiones. No me opongo a pagarle el 50 por ciento a los bonitas. Para ellos es una gran pérdida, para mí, que no soy bonista ni los apoyo, es una gran victoria. Ahora bien, ambos procesos me dejan en la misma posición: un territorio colonial incapaz de resolver sus problemas pero con una gran capacidad de criticarlos.
Hoy nos dilucidamos en cuanto al futuro, bajo la dirección de la Juez Swain. En cuanto a esto, todo lo que ella plantee, desde la mirada de lo político, es un asunto colonial. Ahora bien, desde la mirada de una quiebra, la administración de la misma, es un asunto común lo que hace la juez. Eso no produce más resultados.
Si bien es cierto que las protestas todas son importantes, no es menos cierto que hay que presentar modelos de desarrollo económico que nos liberen de lo político de esta conversación. Es decir, como desde la soberanía nacional se podrían plantear otro modelo de administrar una deuda que es real.
En esta medida, hay que seguir marchando para algo que no está pasando: la deuda sigue siendo renegociada, los representantes de otras ideologías políticas son las que están capitalizando. ¿Podremos superarlos? La solución de la deuda se resuelve colonialmente por parte de Washington, como también por los líderes políticos del patio. Pensemos.