Ciber-relaciones y la comunicación

Caribe Hoy

Desde que se popularizaron las redes sociales con ello aumentó vertiginosamente la comunicación a través de éstas, y con ello las ciber-relaciones.  Ciber-relaciones que pueden ser tanto a nivel social, emocional como a nivel profesional o laboral. Esta modalidad de ciber-relaciones, en un inicio era usada entre mayormente por personas más contemporáneas a esa tecnología, mientras que los grupos más adultos mantenían suspicacia de las comunicaciones a través de medios electrónicos.

Sin embargo, la brecha se fue cerrando, y hoy todo el mundo (me refiero a todos los que estamos arropados por la corriente neoliberal) nos hemos ido adaptando al uso de la tecnología como parte de nuestro modo de comunicación. Sin embargo, no hay sustituto a las relaciones, la interacción y la comunicación personal, de cara a cara.  Cuando estamos frente a otra persona podemos percibir muchas señales y gestos que a través de la comunicación por las redes sociales se puede esconder o no es del todo evidente.

Hay un termino legal que se conoce como el “demeanor”, en español se puede decir que es el comportamiento, el lenguaje no verbal.  Este “demeanor” se refiere a lo que el observador percibe cuando una persona esta de frente.  Ese “demeanor” incluye gestos, acciones, tono de voz, miradas, reacciones verbales y no verbales, y otro sinnúmero de sutilezas que solo se pueden experimentar teniendo de frente a una persona. Ese compartir “tete a tete” (cara a cara) nos permite hacer observaciones sobre el comportamiento de la persona, que a su vez nos permiten formular una opinión sobre su carácter, sobre si es veraz o mendaz, sobre su honestidad.

Experimentar ese lenguaje no verbal, cara cara, es fundamental para establecer relaciones sólidas o evitar relaciones inconvenientes.  Con el advenimiento del Covid-19 y la pandemia, quien no hubiese saltado a la ciber-comunicación, sin remedio tuvo que hacerlo u optar volverse un hombre o mujer de las cavernas y estar en total aislamiento social.  El salto obligado a la ciber-comunicación, entiendo, trae consigo una forma diluida de comunicación. Ello porque, en la ciber-comunicación, las percepciones que nos permiten formular ese “tete a tete” pueden ser escondidas o manipuladas por la otra parte.

Entonces, en el ciber-espacio, es más necesario que nunca desarrollar destrezas de comunicación efectiva, como por ejemplo lo es la comunicación asertiva.  Esta es una forma de comunicación positiva donde el interlocutor defiende sus derechos, expresa sus opiniones y da sugerencias de forma honesta, sin agresividad o pasividad, y ante todo dentro de un marco de respeto, en especial con uno mismo.  La asertividad es una herramienta poderosa para el auto desarrollo. La comunicación asertiva es un acto de honestidad y amor propio que refuerza la autoestima. Con ella no se persigue entrar en conflictos, pero sí ser efectivo en la comunicación y mejorar relaciones interpersonales a través de la honestidad y sinceridad.  Una comunicación asertiva nos permite resolver conflictos de forma respetuosa entre las partes envueltas; y ayuda a evitar que los problemas crezcan a raíz de no expresar adecuadamente las necesidades, expectativas o las emociones propias.

En una comunicación asertiva se establecen limites ya sea a nivel físico, en nuestro espacio vital o en el emocional.  Para ello es importante saber decir un “no” cuando no se desea algo, un “hasta aquí”, un “basta”, un “quiero”, un “puedes seguir adelante”; etc.  Es importante también entender que hay cosas que controlamos y cosas que están fuera de nuestro control. Por tanto, los límites a establecerse son de aquellas cosas que controlamos, como, por ejemplo, nuestro comportamiento, nuestro cuidado, nuestra selección de amistades.  También podemos controlar el denunciar situaciones o solicitar ayuda. Cosas que fuera del control, son, por ejemplo, el tiempo, lo que otros digan, hagan o piensen.  En la ciber-comunicación es importante tener presente que los factores que no controlamos pueden ser mucho mayores, porque es más fácil ocultar o manipular las sensaciones o sentimientos.

Cuando estamos cara a cara, nuestro sentido de percepción está más realzado y se pueden observar sutilezas que se ocultan fácilmente en las ciber-comunicaciones.  Cara a cara podemos observar virtudes y defectos, percibir la imagen real; podemos evaluar la sensibilidad o la comprensión que se proyecta en la ciber-comunicación.  La comunicación cara a cara nos provee un mejor punto de vista para decidir si acercarnos o alejarnos de la persona con quien nos relacionamos inicialmente a través de la ciber-comunicación.

En el ciber espacio el lenguaje no verbal está limitado, y se promueve con facilidad el uso de la imaginación. En la ciber-comunicación podemos crear escenarios de fantasía e irreales, se puede idealizar a la otra persona creando las imágenes que nos llenan nuestras propias necesidades. En la ciber-comunicación es difícil percibir sutilezas, sentir ese intercambio de energía, o evaluar la honestidad de la otra persona.

De modo que es recomendable no eternizar la ciber-comunicación. No es que haya nada malo en conocer a personas a través de ciber-espacios.  Sin embargo, es necesario conocerle personalmente lo más pronto posible.  Tienen que darse ambos pasos – ciber-comunicación e intercambio cara a cara - para uno estar en posición de decir “me gusta la persona y quiero continuar conociéndola”, o, “mucho gusto en conocerte, pero sigo mi camino”.

El propiciar ese encuentro cara a cara, es un acto de asertividad, de comunicación respetuosa y sobre todo de amor propio. Al comunicarse asertivamente límites o requerimientos, es importante saber que, si la persona receptora no los respeta o no los acepta; entonces, el comunicador o interlocutor está en pleno derecho de proteger su espacio, alejando a la otra persona de su entorno inmediato.  De esto no puede haber temor ni duda.

Entonces, a lo que voy es que siendo la ciber-comunicación un medio accesible para establecer relaciones, lo usemos como inicio para ello sin olvidar que la comunicación en persona, cara a cara, es fundamental para construir relaciones solidas o descartar las que no lo sean. Adelante, a comunicarnos asertivamente, con respeto y amor propio, a través del ciberespacio y de cara a cara, para poner los pies en la tierra o los pies en polvorosa.