La soledad del mulato [20 años después]

Cultura

(San Juan, 12:00 p.m.) Hace 20 años publiqué en uno de los principales diarios de circulación general del país, un ensayo dominical titulado “La soledad del mulato”.  En el mismo, de forma ocurrente exponía, a partir de mi condición racial de mulato afirmado, como me sentía cuando circulaba en los circuitos sociales a los que pertenezco profesionalmente hablando.  En conclusión, me sentía solo.

Ante mi soledad, me sentí motivado a escribir, a contarle al país como me sentía, sobre todo luego del controversial censo del año 2000, cuando el 84 por ciento de la población reclamó ser blanco. En ese contexto, el ensayo escrito hacía sentido.  Un país en el año 2000, que se reclamaba blanco, era algo excepcional. 

No obstante, en el último censo del año 2020, muchos factores han cambiado. Para empezar 20 años luego, solo el 17 por ciento de la población se reclamó blanca caucásica.  Mientras por otro lado, de un 7 por ciento que habían dicho que eran afrodescendientes en el 2000, hoy un 17 por ciento se manifestó en el  último censo de esta forma.

Por lo tanto, 20 años despues, mientras ofrecía una charla en la escuela superior pública Ileana de Gracias, y hablando con los estudiantes de 12mo grado, descubro que el mensaje de la soledad del mulato ha cambiado. La demografía ha cambiado. Por lo tanto, en la profundidad del análisis, la condición de soledad también ha cambiado.  El mundo en el que vivo, se ha poblado de personas cuya pigmentación racial es mucho más compleja. Eh hora buena. 

Aún no vivimos en un país racialmente plural (en cuanto a participación  en todas las esferas sociales), aunque estamos mejor encaminados que en el año 2000. Adelante país, adelante.