Remembranzas [el primer equipo de judo de la UPR RP]

Caribe Hoy

Las remembranzas son memorias del pasado que uno guarda en la mente.  Son evocaciones, reminiscencias o recuerdos.  Las remembranzas pueden ser de sucesos, memorias o momentos que hayan dejado huellas en nuestras vidas y emociones.

No sé si es debido a la época navideña que se avecina, a la apertura social que se vuelve a dar luego de los encierros del Covid-19, o a todo el estado en que se encuentra el país, que he estado experimentando momentos de remembranzas de hace ya unos añitos atrás.  Así de hoy pa’ hoy me invitaron a una reunión de antiguos atletas de judo de la Universidad de Puerto Rico de los años 1979 al 1981.  Era el primer equipo de judo que competía por la UPR-Rio Piedras en la Liga Atlética Interuniversitaria de Puerto Rico.  Cinco de nosotros nos fuimos en pon en el mismo carro desde Rio Piedras a Toa Baja.  Allí nos encontramos con otras cuatro personas.

Así, en un vente tú improvisado nos reunimos con nuestro Sensei (maestro, sabio, persona docta) Hiromi Tomita. Nuestro Maestro tiene 78 años y todavía se conserva durísimo. Él es japonés y llega a Puerto Rico en 1974.  Su primer trabajo fue con el Departamento de la Vivienda en el Residencial López Sicardó.  Tomita nos relató sobre las dificultades que confrontó al llegar al residencial.  Todos los días tenía que negociar contra las dinámicas del punto de droga, contra los prejuicios hacia los extranjeros, particularmente un asiático.

La formación y disciplina de Tomita, en conjunto con sus métodos no tradicionales ni ortodoxos de enseñar, tuvieron un impacto positivo en una comunidad altamente volátil.  Nos relató, que uno de los días un joven bichote lo fue a atacar, y, por supuesto, Tomita lo dominó. No solo hizo esto, sino que básicamente lo detuvo y le preguntó dónde vivía y quienes eran sus padres.  Hasta allá lo llevó y lo entregó al padre, quien le suplicaba que se ocupara de su hijo.  Evidentemente el chico estaba fuera de control y el padre no tenía herramientas para trabajar con él.  Así comenzó una relación entre ambos.  Tomita nos dijo, que eventualmente este joven se hizo cura.  Los métodos no convencionales de Tomita, han sido criticados.  Sin embargo, si se mira al resultado, son muchos los jóvenes que este Sensei ha inspirado y ayudado a lograr metas impensadas.

La velada fue una jovial y llena de risas y anécdotas.  Todos recordamos la rigurosidad de las prácticas de judo con Tomita.  Recordamos los inicios en el deporte de judo de la campeona nacional Nilmarie Santini, ya fallecida. Recordamos el momento en que Tomita encerró dentro del salón de judo al equipo de baloncesto de la UPR (Piculín entre ellos). Los baloncelistas tenían la mala costumbre de interrumpir las prácticas de judo.  Un tanto cansado del asunto, Tomita los obligó a hacer una práctica con el equipo de judo.  De ese día en adelante no volvieron a entrar al salón.  También hubo una confesión sobre uno de esos días en que el cansancio y la frustración sobrecogieron el mejor juicio de un judoca. Luego de una extenuante práctica, su coraje le hizo literalmente levantar el carrito de Tomita, dejándolo en medio del carril de la guagua de la AMA. Todos reímos. El ofensor pidió sus disculpas y obtuvo su perdón.

En fin, la remembranza a pura y plena consciencia puede resultar en un bálsamo refrescante para reflexionar sobre procesos pasados, su influencia en nuestras vidas y nuestra evolución.  Aprovechemos los momentos que se nos presentan para rememorar y fluyamos con gracia creativa para siempre ser mejores.