(San Juan, 1:00 p.m.) El entuerto o culebrón del Félix “Cano” Delgado, tiene más información que hay que examinar, la cual vincula directamente al Partido Nuevo Progresista (PNP), al gobernador de turno, Pedro Pierluisi, y a la Fiscalía Federal. En otras palabras, el pasado 25 de noviembre, el entonces alcalde de Cataño, firmó un acuerdo preliminar con la Fiscalía Federal para declararse culpable, luego la fiscalía lo firmó un día después, y el mismo fue efectivo el día 30 de noviembre. Entonces se comunicó con su pueblo e informó que “el poder mata a la persona”. Y se fue.
Hoy nos enteramos que el Canito Delgado, por aquello de tratarlo como un delincuente común de carretera, se había declarado culpable de corrupción, y ni él, ni el gobernador Pierluisi, ni Fiscalía Federal, habían dicho nada para ofrecerle a él “su espacio de reflexión”. En otras palabra, ¿por qué se le trató también a este señor? Curioso el proceso jurídico contra este acusado, a quien no le restringen nada, una vez declarado culpable, y a quien todos los procedimientos legales fueron expeditos. A manera de ejemplo, su acusación es un acuerdo sin haber pasado por un Gran Jurado federal.
Pues bien, todo esto pasa, para que el Canito Delgado, junto a su esposa, pudieran participar en tranquilidad en el concierto de Karol G. Además para que él pudiera lucir unas tenis, una “champions”, de $600.00 dólares.
Nada más inmoral que la complicidad del caso del Canito Delgado. Tan corrupto él, como cualquier funcionario público que se apropie del poder político para enriquecerse. Terrible. Momento de exigir todo el peso de la ley para él como para los colaboradores del silencio, incluyendo al gobernador Pierluisi y a Fiscalía Federal.