(San Juan, 9:00 a.m.) En la mañana de hoy, agentes del buró de investigaciones federales (FBI por sus siglas en inglés) gestionaron una orden de arresto contra el incumbente alcalde de Guaynabo. En esta ocasión, de forma pública y visible, nadie lo veía venir. Salvo, que los acuerdos de culpabilidad para el depuesto alcalde de Cataño, Félix “El Cano” Delgado y los empresarios imputados con él, haya conformado develar el esquema de acumulación primaria de los alcaldes y de paso del Partido Nuevo Progresista (PNP).
Ahora bien, esta secuencia de arrestos a líderes prominentes del PNP, no está separada de un fuerte rumor que circula hace días por los círculos políticos y jurídicos, que la ficha última de fiscalía federal lo es el gobernador de turno, Pedro Pierluisi, su hermana Caridad Pierluisi, y el marido de está, Andy Guillermard. Todo indica, que los rumores que llevan varias semanas circulando, se están materializando. Ahora veremos a donde estos llegan.
Lo que sí parece una fuerte hipótesis, es que el descabezamiento nuevamente del PNP, el tercero en su historia (primero en el 1984, segundo en el 2001, y ahora este), puede responder a una agenda política de Washington, de debilitar el movimiento estadista. Todo indica, que el gobierno federal está tras la pista del organigrama actual del PNP, que genera dinero a partir de las alcaldías, y los contratos del gobierno central. Ahí es donde yace un esquema de acumulación que beneficia individuos, al PNP, y también a los cabilderos que promueven la estadidad en Washington.
Por lo pronto, es momento de cuestionar el interés de los federales, pero también es momento de “terminar” de una vez por toda con el proyecto de la estadidad el cual desde el segundo término de Carlos Romero Barceló, se ha insertado en Puerto Rico a partir de la corrupción pública. Es momento de tirarnos a la calle y pedir que “los metan presos a todos”. Pensemos.