¡Celebremos el 2022! [¿por qué y para qué?]

Política

(San Juan, 9:00 a.m.) Comienza un nuevo año. En la lógica judeo cristiana de la historia, el año 0 marca el comienzo de la creación a partir del mesías, Jesús Cristo, y a partir de ahí, nuestra civilización lo asume como normal. Por lo tanto, en 365 días, es decir lo que le tarda a la tierra circunnavegar el astro del Sol, volveremos a celebrar un nuevo año. Sean los cristianos, sea Galileo, o sea Stephen Gould, usted decide, pero tiene 12 meses, un aproximado de días y horas, para lograr sus hazañas.

Ahora bien, luego de tantos años vividos, donde vivimos en un país que el condicionamiento social nos ha impuesto una repetición de errores, es momento de provocar un sisma que nos provoque una ruptura con el pasado. A 100 años del caso de Porto Rico v. Balzac, de 1922, el cual determinó la condición política actual de pertenecer a pero no ser parte de, debemos de pensar qué hacer en un país que sucumbe al inmovilismo bajo la mala administración de las fuerzas estadista, las cuales promueven el uso del gobierno como parte de un proyecto de enriquecimiento ilícito.

Plantearnos el 2022 como un año de metas nacionales, más allá del folklore y el entretenimiento de la música de Bad Bunny o la victoria de Jasmine Camacho, aunque ambos importantes, es plantearnos como transformar la narrativa dominante e inventarnos otro país.  Es un proceso difícil pero importante.  Dicho esto, seguir operando bajo la narrativa del capital, sea las farmacéuticas que producen la vacuna contra el Covid-19 o sea contra el poder imperial de Washington, no es posible.  Es un momento de cambiar la narrativa.

Volvamos al primer día.  Volvamos al hoy, y pensemos como, en el plano de la nación, podemos contribuir a cambiar la narrativa.  Pensemos.