El papa Francisco, la homosexualidad y la hipocresía de la Iglesia

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En Octubre del 2020 se dio a conocer Francesco un documental donde el papa Francisco da un abierto apoyo a las uniones del mismo sexo levantando el polvo acumulado de años de condena de la Iglesia católica a la comunidad LGBT. El papa Francisco dijo: “Los homosexuales tienen derecho a estar en una familia. Son hijos de Dios y tienen derecho a una familia”.

Algunos religiosos piensan que se trata de la declaración más contundente del papa sobre el asunto de las uniones del mismo sexo. Cuando Jorge Bergoglio fue arzobispo de Buenos Aires, apoyó las uniones civiles en Argentina, como una alternativa a los matrimonios del mismo sexo y, como papa, se ha referido varias veces a temas LGBT. Uno de los momentos decisivos, cuando todo el mundo lo volteó a ver, sucedió en julio de 2013. La prensa le preguntó sobre los sacerdotes gay en un intercambio informal. Francisco dijo: “Si aceptan al Señor y tienen buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlos?”.

El papa ha intentado suavizar la postura de la Iglesia hacia la homosexualidad, aun a costa de contradicciones, empezando porque el Vaticano es una organización con una doble moral. Pero a menos que la Iglesia no haga un examen de la homosexualidad en su interior y del dolor al que ha condenado a los homosexuales que nacieron católicos, las declaraciones del sumo pontífice no pasarán de un escándalo suscitado por el documental de moda.

Hace unos años, el sociólogo francés Frédéric Martel publicó Sodoma, un exhaustivo trabajo de investigación sobre la homosexualidad dentro del Vaticano. Martel apunta hacia un gran fraude. Dice que durante los últimos papados, cuando se promovió la idea de que el sida era un castigo divino, condenaban la distribución de condones o señalaban que la teoría de género era una abominación, la vida sexual en el Vaticano era incontrovertiblemente homosexual y las estrategias para mantenerla en secreto solo se pueden comparar a las de la mafia italiana. En medio se describen fiestas, drogas, relaciones con prostitutos y nombres secretos en femenino.

En este contexto, Francisco sería un liberal que nada en aguas estancadas de un sacerdocio en crisis por años de negación y silencio. No es difícil apreciar su intento por tener un acercamiento menos hostil a la comunidad LGBT, pero se necesitan acciones concretas para acabar con la hipocresía de la Iglesia y para restaurar el daño que sus enseñanzas causan a los homosexuales, especialmente a los que nacimos católicos y a quienes nos señala como el monstruo en el cuarto.

En primer lugar, la Iglesia debería mostrar más compasión por los sacerdotes homosexuales. Un interesante estudio sobre el estado del sacerdocio en Estados Unidos (The Changing Face of the Priesthood), conducido por el padre Donald B. Cozzens y publicado en 2000, calcula que el número de sacerdotes homosexuales en este país oscila entre el 23 y el 58 por ciento, con los más altos porcentajes entre los sacerdotes más jóvenes. ¿Qué le dice a la Iglesia esa cifra dada por uno de sus propios miembros? ¿Cómo debe reaccionar ante la orientación sexual de sus sacerdotes? ¿Cómo se supone que un sacerdote condenado por sus preferencias pueda al mismo tiempo llevar a cabo su ministerio?

En segundo, la Iglesia debería de abandonar desde ya la postura de que la orientación homosexual es un desorden y promover que la gente sea capaz de aceptar su sexualidad como un aspecto positivo de su personalidad.

No es fácil ser optimista sobre estos cambios. Es probable que tarden mucho en llegar mientras la crisis dentro de la iglesia se profundiza y el mundo sigue caminando hacia un mayor ateísmo y secularización. Sin embargo, si la Iglesia quiere sobrevivir debe actualizarse y abrirse a quienes aceptan sus enseñanzas y actúan de buena voluntad. No le queda mucho tiempo para hacerlo.

Ni corta ni perezosa, la Secretaría de Estado del Vaticano envió un comunicado a los nuncios y obispos de la Iglesia católica para aclarar las polémicas declaraciones que el papa Francisco hizo en relación a las uniones homosexuales en este documental.

Ahora, las autoridades del Vaticano afirman que las palabras de Francisco fueron editadas y sacadas de contexto provocando "confusión", y aclaran que la doctrina de la Iglesia católica no ha cambiado.

Con el propósito de fomentar "un entendimiento apropiado de las palabras del Santo Padre", el Vaticano envió una nota explicativa a sus nuncios, para ser distribuida a los obispos, según confirmó a BBC Mundo la oficina de prensa de la Misión Permanente de la Santa Sede ante la ONU.

El director del documental "Francesco", Evgeny Afineevsky, editó las respuestas del Papa, según el Vaticano.

La nota interna indica que, durante una entrevista en 2019, el Papa había contestado dos preguntas -planteadas en dos ocasiones separadas- que fueron "editadas y publicadas como una sola respuesta sin la debida contextualización, lo cual ha generado confusión".

La Secretaría de Estado explica que el papa Francisco "había hecho en primer lugar una referencia pastoral sobre la necesidad de que un hijo o una hija de orientación homosexual nunca sea discriminada dentro de la familia". O sea, que tienen derecho a permanecer en una familia y que no se les debe hacer la vida imposible por eso.

Pero a esa respuesta se le añadió parte de otra -según el Vaticano- que se refería a una ley local en Argentina sobre la legalización de matrimonios LGBT a la cual Francisco se oponía cuando era arzobispo de Buenos Aires.

Su respuesta entonces fue: "Es una incongruencia hablar de matrimonio homosexual". Esa frase, según el Vaticano, fue cortada en el documental, ya que seguía así: "Lo que tenemos que hacer es una ley de convivencia civil, tienen derecho a estar cubiertos legalmente. Yo defendí eso". Esta última parte fue la que se agregó a la primera respuesta.

El comunicado de la Secretaría de Estado concluye que "es evidente que el papa Francisco se estaba refiriendo a determinadas disposiciones estatales y ciertamente no a la doctrina de la Iglesia, la cual él ha reafirmado en numerosas ocasiones en el curso de los años".

El Papa, sobre el intento de la UE de proteger los matrimonios homosexuales: no se deben “imponer cosas que en la naturaleza de la Iglesia no encajan”

Francisco, tras su visita con Orbán en Hungría, insiste en su idea de regular estas parejas como uniones civiles, no como matrimonios, el papa Francisco, durante la rueda de prensa realizada el avión de regreso a Roma.

El papa Francisco, como sucede siempre en los vuelos de regreso de sus viajes, corrió las cortinillas de la clase turista y apareció para responder las preguntas de los periodistas. Era el último viaje de un Papa con la compañía Alitalia después de 57 años y 171 trayectos por todo el mundo de forma ininterrumpida. Pero esta vez, la corta duración del tránsito entre Bratislava y Roma —durante cuatro días había visitado Hungría y Eslovaquia— permitió pocas preguntas.

Preguntado sobre la petición de la Unión Europea de que se promuevan leyes para permitir los matrimonios entre homosexuales, repitió que “la Iglesia no tiene el poder de cambiar el sacramento”. “Son leyes que intentan ayudar la situación de tanta gente con orientación sexual diversa. Y eso es importante, pero sin imponer cosas que en la naturaleza de la Iglesia no encajan. Si quieren llevar una vida juntos, los Estados tienen posibilidad de apoyarles civilmente y darles seguridad. La ley está bien… pero un matrimonio es un matrimonio. Y como sacramento está claro”, señaló.

Francisco habló de su encuentro con el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, en el que, según dijo, solo hablaron de ecología y familia. Comentó también en el avión papal su visión sobre la Unión Europea —a la que pidió que no se convierta “en una oficina de gestión”—, de los “negacionistas del colegio cardenalicio” y de la negativa de algunos obispos estadounidenses a dar la comunión al presidente Joe Biden por sus posiciones a favor del aborto. “La comunión no es un premio, es un don, un regalo. Yo nunca me he negado a darla”, señaló.

En todo caso, recalcó, esto no significa condenarlos porque son hermanos y hermanas y hay que acompañarlos. "Hay leyes civiles, para las viudas, por ejemplo, que quieren asociarse con una ley para tener servicios... existe el Pacto Civil de Solidaridad (PACS) francés, pero nada que ver con el matrimonio como sacramento, que es entre un hombre y una mujer. A veces crean confusión. Todos son iguales, hermanos y hermanas, el Señor es bueno, quiere la salvación de todos, pero por favor no hagan que la Iglesia niegue su verdad. Muchas personas con orientación homosexual se acercan a la penitencia, piden consejo al sacerdote, la Iglesia les ayuda, pero el sacramento del matrimonio es otra cosa", insistió.

Francisco fue algo ambiguo con el tema de Biden y aseguró que los obispos no deben tomar decisiones políticas, sino pastorales. Pero fue muy contundente en su visión sobre aborto y de quienes lo practican. “El aborto es un homicidio. Sin medias palabras. Quien aborta, asesina. Tomad cualquier libro de embriología. La tercera semana de la concepción, antes de que a veces se dé cuenta la mujer, ya están todos los rasgos, también el ADN. Es una vida humana y esa vida humana tiene que respetarse. A quien no puede entenderlo le haría dos preguntas: ¿Es justo asesinar una vida humana para resolver un problema? ¿Es justo contratar a un sicario para resolver un problema? No andemos con cosas extrañas, científicamente es una vida humana. Por eso la Iglesia es así de dura en este argumento: si acepta eso, es como si aceptase el homicidio cotidiano”, señaló. Francisco, eso sí, dejó en manos de los teólogos la decisión sobre si debe o no darse la comunión a quienes abortan.

La división que suscita en algunas comunidades, como la eslovaca, el proceso de vacunación deja todavía perplejo al Papa, que ha pedido en varias homilías que la gente se someta a la vacunación. De hecho, admitió que en el propio “colegio cardenalicio también hay negacionistas”, cardenales que se niegan a inocularse el suero contra la covid-19 y que niegan su existencia. Francisco recordó el caso del cardenal Raymond Burke, del ala ultraderechista de la Iglesia y uno de sus principales opositores. El purpurado se opuso a la vacunación, pero terminó gravemente enfermo e ingresado en el hospital por covid-19. “Ironías de la vida”, deslizó el Pontífice. “En el Vaticano estamos todos vacunados, menos un pequeño grupo… Estamos viendo cómo ayudarlos”.

La Congregación para la Doctrina de la Fe, un órgano colegiado cuya función es la de custodiar la doctrina católica en la Iglesia, se pronunció respecto a la consulta de si los sacerdotes podían bendecir la unión de parejas homosexuales. El papa Francisco, que ha respaldado la protección civil de las parejas del mismo sexo, se mostró conforme con la decisión.

La reacción del organismo se produce luego de las dudas en algunos ambientes eclesiásticos sobre el poder de la Iglesia para bendecir las uniones entre personas del mismo sexo luego de que en países como Estados Unidos y Alemania diversas parroquias y ministros de la Iglesia católica dieran su bendición a ese tipo de uniones.

Según la Congregación para la Doctrina de la Fe, el matrimonio es visto como "un sagrado sacramento" y "corresponde a la unión entre un hombre y una mujer como parte del plan de Dios para la creación de vida". 

"No es lícito impartir una bendición a relaciones, o a parejas incluso estables, que implican una praxis sexual fuera del matrimonio (es decir, fuera de la unión indisoluble de un hombre y una mujer abierta, por sí misma, a la transmisión de la vida), como es el caso de las uniones entre personas del mismo sexo", se lee en parte de la resolución. 

La respuesta, presentada en una declaración de dos páginas y traducida en siete idiomas, refleja que “la comunidad cristiana y sus pastores deben acoger con respeto y sensibilidad a las personas con inclinaciones homosexuales”. 

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Un texto de la Santa Sede señala que el papa Francisco ha sido informado y dio “su asentimiento" a la respuesta y la nota explicativa que la acompaña. 

La respuesta se presenta como un golpe para las esperanzas de los católicos homosexuales que consideran al papa Francisco más abierto y progresista.

Desde que fue elegido máximo jerarca de la Iglesia católica, en marzo de 2013, Francisco se ha mostrado más inclusivo hacia las personas de la comunidad LGBT en sus declaraciones. Ese mismo año hizo notoria la frase: “¿Quién soy yo para juzgar?”, al ser consultado por los sacerdotes homosexuales. 

James Martin, un reverendo jesuita y defensor de la construcción de puentes con la comunidad LGBT, refirió que la nota del Vaticano parecía responder a las presiones dentro de la iglesia alemana, previo a una asamblea consultiva para considerar bendiciones de la Iglesia a las parejas del mismo sexo. 

"Parece ser la respuesta del Vaticano a algunos obispos alemanes que habían mencionado esta posibilidad, en el período previo al sínodo de su país, como una forma de llegar a las personas LGBTQ", dijo Martin en un correo electrónico, citado por la agencia de noticias AP.

La Iglesia católica alemana, particularmente, ha estado a la vanguardia en diversos debates como el celibato, la anticoncepción y el alcance de la Iglesia a los católicos homosexuales. 

En un comunicado, Georg Bätzing, jefe de la conferencia de obispos alemanes, dijo que el nuevo documento se incorporaría a la discusión que se libra en el país, pero sugirió que el caso no estaba cerrado de ninguna manera.

“No hay respuestas fáciles para preguntas como estas (…) La Iglesia alemana no sólo está mirando la enseñanza moral de la Iglesia, sino el desarrollo de la doctrina y la realidad actual de los católicos de hoy”, dijo. 

El 15 de septiembre de 2021, El Papa Francisco señaló que el matrimonio es un sacramento y la Iglesia no tiene poder para cambiarlo, pero defendió las leyes civiles que apoyen a parejas homosexuales y a todos aquellos que quieran asociarse.

"Hay leyes que intentan ayudar a las situaciones de muchas personas que tienen una orientación sexual diferente. Es importante, los Estados tienen la posibilidad de apoyarlos civilmente, darles seguridad de herencia, salud, etc., no sólo a los homosexuales, sino a todas las personas que quieran asociarse. Pero el matrimonio es el matrimonio".

El Vaticano emitió el año pasado una nota aclaratoria para precisar que la Iglesia no puede impartir su bendición a las uniones de personas del mismo sexo, tras el polémico documental 'Francesco', en el que parecía que el Papa había dado su respaldo a las parejas homosexuales.

El pontífice reitero su contrariedad con las personas trans y la "ideología de género", según la nombró. "Tal como yo la entiendo, es peligrosa porque es abstracta respecto a la vida concreta de una persona, como si una persona pudiera decidir abstractamente a discreción si y cuándo ser hombre o mujer".

El papa Francisco afirmó que la Iglesia católica en este momento está viviendo "la tentación de volver atrás" y citó ejemplos como que "asusta acompañar a gente con diversidad sexual", en el coloquio que mantuvo con los jesuitas eslovacos en su reciente viaje a ese país y que fue difundido hoy.

Francisco también destacó que en este momento en la Iglesia existe "la tentación de volver atrás". "Estamos sufriendo esto hoy en la Iglesia: la ideología del volver atrás. Es una ideología que coloniza las mentes. Es una forma de colonización ideológica. En realidad, no es un problema universal, sino más bien específico de las Iglesias de algunos países. La vida nos da miedo", dijo.

"La libertad nos asusta. En un mundo tan condicionado por las adicciones y la virtualidad, nos asusta ser libres", añadió Francisco, que explicó que a la Iglesia le "asusta celebrar delante del pueblo de Dios que nos mira a la cara y nos dice la verdad".

Y citó las dificultades de la Iglesia para entender que "las parejas en segunda unión ya no están condenadas al infierno", en referencia a aquellos que sigue negando la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar.

"Nos asusta acompañar a gente con diversidad sexual. Tenemos miedo de las encrucijadas de las que nos hablaba Pablo VI. Este es el mal de este momento. Buscar el camino en la rigidez y el clericalismo, que son dos perversiones", agregó.

"No se trata de una alabanza de la imprudencia, pero quiero señalarles que volver atrás no es el camino correcto. El camino es ir adelante con discernimiento", subrayó.

El pontífice reitero su contrariedad con las personas trans y la "ideología de género", según la nombró. "Tal como yo la entiendo, es peligrosa porque es abstracta respecto a la vida concreta de una persona, como si una persona pudiera decidir abstractamente a discreción si y cuándo ser hombre o mujer".

Pero destacó que "sin embargo, esto no tiene nada que ver con la cuestión homosexual. Si hay una pareja homosexual podemos hacer pastoral con ellos, acudir al encuentro con Cristo. Cuando hablo de ideología, hablo de la idea, de la abstracción que permite que todo sea posible, no de la vida concreta de las personas y de su situación real".

Francisco también explicó que "hay una gran cadena de televisión católica que habla continuamente mal del papa sin ningún problema" y que, aunque él puede merecer estos ataques e insultos, "la Iglesia no se merece esto".

Y reconoció "que también hay clérigos que hacen comentarios desagradables" sobre él y que a veces "pierde la paciencia","especialmente cuando emiten juicios sin entrar en un diálogo verdadero".

"Algunos me acusaban de no hablar de la santidad. Dicen que hablo siempre de la cuestión social y que soy un comunista. Y sin embargo escribí una Exhortación apostólica completa sobre la santidad, la Gaudate et Exsultate", señaló.

Defendió su decisión de limitar, solo a algunas excepciones, el llamado "rito tridentino" de la misa en latín y anterior al Concilio Vaticano II, y que las críticas recibidas muestran que la Iglesia está retrocediendo.

Y puso un ejemplo de cómo debería ser la actitud de la Iglesia: "Un cardenal me contó que fueron a verlo dos sacerdotes apenas ordenados para pedirle estudiar el latín para celebrar bien la misa. Él, que tiene sentido del humor, les respondió: «¡Pero si en la diócesis hay tantos hispanos! Estudien español para poder predicar".

El 27 de enero del 2022, GLAAD, la mayor organización mundial que aboga por los derechos de las comunidades  LGBTQ responde directamente a los comentarios del Papa Francisco referente a que los parientes de hijos LGBTQ los deben apoyar.

El Papa Francisco le pidió a los padre que nunca condenen a sus hijos, incluyendo los que tienen una orientación sexual diferentes.

Les recomendó que “acompañasen a sus hijos sin una actitud condenatoria.  Pope Frances advised parents to "accompany their children and not hide in an attitude of condemnation.” Les recomendó que buscasen apoyo en San José, pues el también aprendió a aceptar a Jesús como su hijo. Catholic parents were advised to turn to St. Joseph for

Sarah Kate Ellis. La Presidente y CEO de GLAAD afirmó que al Papa Francisco establecer la necesidad de apoyar y amar a la juventud LGBTQ, le envía un mensaje directo a los padres que deben protegerlos y no desampararlos o esconderlos.  Esta es una prueba clara de que la Iglesia Católica de reafirma en la dignidad de la Comunidad LBGTQ.
Y yo me pregunto: ¿ha cambiado su posición la Iglesia Católica o es un nebuleo?