El Observatorio de Equidad de Género de Puerto Rico expuso su preocupación ante el aumento de casos de violencia de género con consecuencias fatales, denominados “feminicidios”, durante el mes de febrero de 2022, al compararlo con el mes pasado.
Una comparación de la cantidad de feminicidios registrados hasta el 20 de febrero de este año, también apunta a un incremento, en comparación con el mismo período de tiempo en 2020 y en 2021.
La entidad no gubernamental que se dedica desde 2020 a recopilar sistemáticamente datos abiertos publicados en la prensa y otros medios sociales, al igual que de fuentes oficiales sobre feminicidios/transfeminicidios, intentos de feminicidios/transfeminicidios y casos de desapariciones de mujeres y niñas, basa su trabajo en el Modelo de protocolo latinoamericano de investigación de las muertes violentas de mujeres por razones de género (femicidio/feminicidio), elaborado por la Oficina Regional para América Central del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
El modelo define como feminicidio “la muerte violenta de mujeres por razones de género, ocurrido entre familiares, en el hogar, en la comunidad o en cualquier otra relación interpersonal, así como perpetrada o tolerada por el Estado y sus agencias”. Recientemente se hizo oficial el nuevo Protocolo de Investigación de Muertes Violentas de Mujeres y Personas Trans – (Feminicidio y Transfeminicidio)” del Negociado de la Policía de Puerto Rico, en el que, por primera vez, se define el feminicidio para propósitos de la investigación policial. Dicho documento adoptó oficialmente esta definición de femicidio y fue ratificado por el Departamento de Justicia, el Instituto de Ciencias Forenses, y el Instituto de Estadísticas en colaboración con el Comité PARE. El Observatorio de Equidad de Género colaboró con el desarrollo de este protocolo dentro del marco del plan de trabajo del Comité PARE.
Aumento en febrero de 2022 en comparación con enero de 2022
En las primeras tres semanas del mes de febrero han ocurrido ocho feminicidios. Entre estos, dos feminicidios íntimos –asesinatos de mujeres perpetrados por sus parejas o exparejas– (Erica Marie Nerys Diaz y Nancy Rosario Marín) y seis feminicidios que permanecen bajo investigación (Elsie Matos
Maldonado, Enid Widalys Figueroa Rivera, Migdalia Pabellón García, Frances King Hailey, Alanis Ortiz Acosta, y una mujer que aún no ha sido identificada). El número de feminicidios en lo que va del mes de febrero es ya 2.6 veces mayor que en enero de 2022, cuando se documentaron tres feminicidios.
Aumento en febrero de 2022 en comparación con febrero de 2021 y febrero de 2020
En el periodo de febrero 1 a febrero 20 del 2021, se registraron cinco feminicidios (dos indirectos, uno familiar y dos bajo investigación), mientras que en ese mismo mes en 2020 se registraron tres feminicidios (uno indirecto y dos bajo investigación).
Aumento en comparación con el mismo período en 2020 y 2021
Según los datos del Observatorio, entre el 1 de enero y el 20 de febrero de 2022, han ocurrido un total de 11 feminicidios, en comparación con nueve feminicidios ocurridos en el mismo período de tiempo en el 2021 (entre ellos un transfeminicidio), y, al menos siete feminicidios en el 2020. Así, en lo que va del año 2022, los feminicidios han aumentado un 22% en comparación con el 2021 y un 57% en comparación con el 2020 (ver tabla 1).
Además, en lo que va de 2022, ocho menores de edad han perdido a sus madres víctimas de feminicidios. Para esta fecha, en 2020 y en 2021, se contabilizaban cuatro menores huérfanos de madre por feminicidio cada año.
Corrección de información difundida en prensa
Las cifras del Observatorio de Equidad de Género contrastan con las publicadas el 20 de febrero en el periódico El Vocero, en la nota Se duplican los asesinados de mujeres en la isla, en la que solo se mencionan tres muertes por violencia de género en 2022, una muerte por violencia de género en 2021 y ninguna para ese periodo en el 2020.
El error, según estableció la coordinadora del Observatorio de Equidad de Género, la Dra. Irma Lugo Nazario, es utilizar el término “feminicidio” para referirse únicamente a los asesinatos de mujeres en circunstancias de violencia doméstica, es decir, las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas. Sin embargo, “violencia de género” y “feminicidio” son conceptos más abarcadores.
De acuerdo con el Modelo de Protocolo Latinoamericano y el nuevo Protocolo de Investigación de Muertes Violentas de Mujeres y Personas Trans – (Feminicidio y Transfeminicidio) del Negociado de la Policia de Puerto Rico, estos asesinatos se clasifican como feminicidios íntimos.
“Las cifras discutidas en El Vocero demuestran que simplemente remplazaron el término violencia doméstica, por violencia de género y feminicidio, lo cual es un error. Los números que el artículo de El Vocero califica como feminicidio corresponden solo a los feminicidios íntimos y excluye los demás casos de feminicidio en los que el agresor no ha sido identificado aún o fue otra persona que no era su pareja o expareja”, explicó Lugo Nazario.
Un ejemplo es el asesinato de Yarimar Maldonado, perpetrado por su hermano el 15 de enero de este año. Este caso también se clasifica como feminicidio, bajo la subcategoría de feminicidio familiar. Su muerte también devela motivos relacionados a su condición de mujer y es también violencia machista y de género.
Si la nota de prensa solo desea enfocar en las muertes relacionadas a la violencia doméstica, debe utilizar el término correcto y hablar de “feminicidios íntimos”, aclara el Observatorio.
“Al no incluir a estas mujeres en las estadísticas de feminicidios, se envía el mensaje de que sus vidas no importan o no tienen el mismo valor y que esa violencia machista es tolerable o puede seguir impune”, señaló Lugo Nazario.
“La violencia doméstica es solo una de las expresiones de violencia de género. Es un error decir que solo los casos de asesinatos de mujeres relacionados a un móvil de violencia doméstica son feminicidios, casos de violencia de género o de violencia machista. Los casos de violencia de género incluyen diferentes tipos de violencia hacia la mujer, como violencia sexual, y expresiones de poder o desdén por la vida y dignidad de las mujeres. Asesinatos, homicidios y muertes resultado de prácticas dañinas hacia la mujer, o situaciones en las que se les trata como objetos o botín de guerra, también son feminicidios y son muertes por violencia de género. Ahí, radica la diferencia principal entre los datos que manejamos desde el Observatorio y los que publica la prensa o las agencias de gobierno” agrego la Dra. Upegui-Hernández, analista del Observatorio.
Alto número de intentos de feminicidios
El Observatorio enfatizó en la necesidad de tomar atención ante el alto número de intentos de feminicidios, que afortunadamente no llegaron a tener consecuencias fatales. Por lo general, el número de intentos de feminicidios es igual o mayor que el número de feminicidios consumados, un hecho que debe ser preocupante y debe generar discusión sobre cuáles son los procesos y protocolos de apoyo, acompañamiento y justicia que se llevan a cabo en estas situaciones.
Entre enero y febrero 20 de 2022, en la prensa se identificaron, al menos, 16 casos de intentos de feminicidios. En tres de estos casos, la víctima murió días después (ver Tabla 2). En, al menos seis de esos intentos, el agresor era pareja o expareja de la víctima.
Este número es probablemente mucho mayor, pues hay poca información disponible públicamente para determinar qué ocurrió o quien pudo ser el agresor en la mayoría de los casos.
Mujeres continúan desaparecidas
Según los datos del Observatorio, en el 2022 permanecen desaparecidas Neisha Adames Rivera, de 20 años, y Keishny Rodríguez González, de 16 años. Ambas desaparecieron este año. Además, desde el 2021 permanecen desaparecidas 14 mujeres y siete menores de edad; y ocho mujeres y ocho menores desde el 2020.
Es preocupante lo poco que se discuten estos casos y la poca información que ha brindado la Policía, ya que tristemente es posible que en un porcentaje de esos casos existan sospechas de posibles feminicidios en los que no se ha hallado el cuerpo y algunos exista posibilidad de trata humana. Sin embargo, no existen protocolos para manejar estos casos e incorporarlos en las estadísticas de violencia de género.