Los Centros de Salud Comunitaria (o centros 330) llevan, aproximadamente 50 años en el país, ofreciendo servicios de medicina primaria y preventiva a través de fondos federales que reciben directamente del gobierno federal. Estos son productos de la lucha por los derechos civiles en los Estados Unidos.
Hablamos con la Lcda. Ivonne Rivera, directora ejecutiva de estos centros, y nos comentó que estos centros “…reciben fondos federales directamente del gobierno federal para atender a las poblaciones vulnerables y/o que no tienen la capacidad de pagar seguro médico privado y/o no cualifican para el seguro bajo Medicaid y CHIP (Children Health Insurance Program).
La manera en la que estos centros ofrecen una alternativa para que aquellas personas con limitaciones económicas puedan atender su salud es sencilla: su capacidad de pago es evaluada y, si cualifica, obtiene cierto descuento a la hora de pagar los servicios anuales que recibe. Si las evaluaciones dicen que no es posible que el paciente pague, no se le cobra ni queda endeudado con el centro.
Excelente, ¿no? Lo único que se le pide al paciente es que sea totalmente honesto contestando las evaluaciones, ya que así ayudaría a esta agencia a cumplir con la buena administración de los fondos que reciben. (Que debería ser algo natural, como personas justas que debemos ser.) “Ofrecer y garantizar el acceso a servicios de salud sin costo a quien no puede costearlos requiere de una diciplina administrativa y de una cultura de rendición de cuentas hacia quien nos provee el dinero, es decir el gobierno federal”, según nos explicó la Lcda. Rivera.
No hay de qué preocuparse, el gobierno del país no tiene poder sobre estos fondos. “El gobierno de Puerto Rico NO recibe este dinero directamente. Lo recibimos los centros luego de competir en propuestas por ello. Los centros de salud comunitaria somos organizaciones sin fines de lucro, clasificadas como 501 c 3, bajo el Código de Rentas Internas Federal.”
A pesar de la maravillosa labor que se han realizado por medio de estos centros de salud pública, la emigración de profesionales de la salud ha trastocado la magnitud de su desempeño. Como quedan pocos especialistas y doctores trabajando en estos, las citas que se les ofrecen a los pacientes son limitadas al espacio que haya. Según la directora, “Los esfuerzos-pocos, mínimos-del gobierno para la retención de los médicos no ha sido suficiente como para lograr detener la emigración de estos profesionales.” Aun así, la administración se esfuerza arduamente para cumplir con la gran encomienda de ayudar a aquellos que necesitan servicios médicos accesibles para su bolsillo.
