Top Gun: Maverick o un homenaje desesperado a la capacidad militar de los EE.UU

Cine caribe

La fui a ver por el actor principal.  Todo lo que hace en el cine, que ya de ordinario son películas franquicias, se convierte en oro.  Sigue siendo, luego de más de 40 años en la actuación, uno de los artistas más cotizados de la industria del cine, a la cual le llamábamos en el pasado Hollywood.

Top Gun: Maverick (Dir. Joseph Kosinski, EE.UU. 2022), es una película secuencia de una anterior que se produjo hace poco más de 35 años, simplemente titulada Top Gun (Dir. Tony Scott, EE.UU., 1986).  Ambas películas le rinden un homenaje a una fuerza élite de la aviación de la marina de guerra de los EE.UU. 

Por lo tanto, uno se hace la pregunta ingenua, ¿por qué revivir esta película en estos tiempos donde el imperio americano está en transición militar y política?  La película abre, curiosamente, con una intervención personal del actor principal, Tom Cruise (Pete “Maverick” Mitchell), quien nos invita a ver la película con alegría y pasión, pues los aviones de guerra F18, “volaban en tiempo real”.  Como actor y productor del filme, Cruise/Maverick, abre la puerta para una de las películas que lo consagraron como actor de cine comercial de primera, pese a que a esta película, nunca se le hizo una secuela.  ¿Por qué tres décadas y media después?

La única razón lógica que se ve en esta película, políticamente realizada con mucho cuidado, es el dato que querían enaltecer a la aviación americana de guerra, pese a que la misma hoy  se encuentra en transición, y donde el “piloto”, como tantas veces indicaron en la película, es lo único que hace diferencia entre un dron de guerra y un F18. Transición y crisis, debo decir, cuando todo indica hoy que los EE.UU. militarmente hablando, ya no son un país hegemónico.

Pues bien, se trata de una película de ideología militar benévola, que cuenta la historia de un piloto de aviación que a sus 60 años sigue volando.  ¿En serio? Sí, pese a las limitaciones visuales que de forma natural tiene, la película promueve la historia Cruise sigue siendo un “Maverick” (es decir, un disidente). Nada de disidente político, sino de disidente a la disciplina militar. 

Lo chistoso es que la nueva generación de Top Gun, son entrenados por el disidente, quien los tiene que capacitar para ir a hacer una misión de destrucción contra instalaciones nucleares de un país  sin nombre. Ojo, que el país enemigo no tiene nombre. Con esto aseguran que la película es global y no tendrá censura en ninguna parte. No hay ni rusos, ni coreanos del norte, ni iraníes.

Al final, como siempre en lo que ha hecho Tom Cruise, las fuerzas del bien prevalecen. El gana su estima, su orgullo, la guerra área, y también se gana una novia.

¿Vendrá una tercera parte, cuando Tom Cruise cumpla 100 años? Veremos. Por lo pronto, si le gusta homenajear a la marina de los EE.UU., vaya a verla. De lo contrario, hoy y por siempre, ¡Fuera la marina de Vieques! Recordemos a Robert Rabin.