No había más ofertas en la cartelera de filmes para audiencias críticas. El resto ya la había visto. Me opuse a verla por mucho tiempo, por lo que se trataba, de un filme dedicado a los egos de los actores. En fin, que reine la paz en los cielos, y en la tierra que haya agitación. De algo de esto trata está película, la cual no es comedia, en todo caso, una apuesta agria a la vida como es: sórdida.
Competencia Oficial (Dirs. Gastón Duprat y Mariano Cohn, España-Argentina, 2021) es una supuesta comedia en la cual un hombre millonario desea pasar como inmortal a la humanidad. Para esto, desea construir un puente, como también hacer una película que, de verdad, no tiene nada que ver con su vida, salvo un oscuro guion del cual se habla poco y lo menciona poco a él.
Para hacer la película seleccionan a la directora Lola Cuevas (Penélope Cruz) quien decide como ensayar con los actores contratados situaciones de riego y presión, para crear una cultura organizacional presta para filmar la película. Los actores son dos; uno internacional de Hollywood llamado Félix Rivero (Antonio Banderas) y otro de teatro, anti climático, neo-internacional de origen argentino, pero viviendo por 20 años en España, Iván Torres (Oscar Martínez).
Entonces, cada prueba, cada experiencia ensayada es cada vez más una apuesta al tope, al borde del riesgo, al dolor. En esa medida, uno va descubriendo dos actores-personajes, con los cuales uno se vincula poco, pues por prevalecer están dispuestos a vivir y reproducir el poder.
Todo tiene su límite, y la película nos lleva, luego de varios finales y desenlaces, a un final casi final. El mismo, inesperado para todas y todos, produce más dolor y sobre todo, más opresión. Pero de eso trata el cine, de vivir y convivir con múltiples emociones.
Al final, la película se hizo, y solo dos de los tres personajes comparecieron a su estreno. Véala usted y decida. Mínimamente sórdida, pero usted decide. E
Es un filme para adultos. Es doloroso. Usted la ve y nos cuenta.