Saludos, a todos y todas. Les habla Ángel Rodríguez León, copresidente del
Movimiento Independentista Nacional Hostosiano.
Nuestras primeras palabras y pensamientos este 23 de septiembre van para las
personas que perdieron sus casas, sus pocas pertenencias y hasta la vida de
familiares, no por el huracán, sino por la falta de planificación, la desigualdad, la
pobreza, la falta de mantenimiento, la infraestructura inadecuada. Ante el dolor de
nuestro pueblo, decidimos no participar de la forma tradicional en la celebración de los
actos de Lares, pero nos pareció, a la vez, importante, compartir a través de este medio
el mensaje que hubiéramos ofrecido desde la Plaza de la Revolución.
Cada año, el pueblo independentista conmemora la gran gesta libertaria del siglo XIX.
Aunque hoy las circunstancias nos obligan a hacerlo de forma diferente, lo hacemos en
el mismo espíritu que animó a Don Pedro Albizu Campos a iniciar esta conmemoración
anual. El Grito de Lares es el espejo en el cual nos miramos como pueblo
independentista que, en las más adversas circunstancias, mantenemos viva la llama
del derecho natural de las naciones a su Independencia. Recordamos también hoy al
Comandante Filiberto Ojeda Ríos, vilmente asesinado por el FBI hace 17 años, un día
como hoy.
Aprovecho la mención de esa agencia represiva para manifestar nuestro apoyo a las
compañeras y compañeros del Comité de Solidaridad con Cuba y la Brigada Juan Rius
Rivera quienes, como sabemos, han sido objeto de intentos de intimidación por parte
del FBI, esa agencia que opera de forma ilegítima en Puerto Rico, con la represión
hacia el independentismo como razón principal de su presencia aquí. Que sepan el FBI
y toda la estructura represiva yanqui que los lazos que hermanan a los pueblos de
Puerto Rico y Cuba no se romperán con sus artimañas. Que sepan que la Revolución
Cubana y el movimiento independentista boricua están indisolublemente vinculados en
un internacionalismo que ellos son incapaces de entender. Enviamos nuestros saludos
a Ana Belén Montes, encarcelada durante más de 20 años por hacer lo correcto ante
las constantes agresiones imperiales contra el pueblo cubano.
Conmemoramos Lares sin nostalgias, con nuestros ojos fijos, no en el pasado, sino en
el futuro de Libertad por el cual trabajamos. A 154 años de la Revolución de Lares, la
circunstancia fundamental que dio origen a ese evento sigue presente: nuestra
subordinación colonial. En el pasado el colonialismo español nos impuso gobernadores
despóticos, la esclavitud, la libreta de jornalero y la más abusiva de todas las medidas:
la privación de nuestro derecho a la Independencia. Contra todo eso se levantaron los
revolucionarios y revolucionarias del 1868 a quienes honramos hoy.
El colonialismo yanqui no ha sido menos despótico. Y es que esa es la naturaleza
misma del colonialismo, que hoy se nos presenta en toda su perversidad. Han
renunciado a los intentos de tan siquiera fingir que reconocen el Derecho Internacional.
Ellos mismos se han encargado de afirmar lo que siempre dijimos: el ELA es una farsa
y Puerto Rico es una colonia. Pero esa aceptación no viene acompañada de un
propósito de enmienda. Por el contrario, vemos en los últimos años un recrudecimiento
de la explotación colonial cuya manifestación más descarada es la Dictatorial Junta
Fiscal. El Imperio, con saña renovada, reanuda sus ataques, esta vez con toda la
receta neoliberal. La privatización de la distribución de energía eléctrica, ese contrato
inmoral otorgado a LUMA, es su cara más visible y desagradable. Pero esta ofensiva
imperial y neoliberal incluye mucho más. Intentan despojarnos de nuestros recursos
naturales, nos quieren quitar nuestras playas, nuestros paisajes más valiosos, nuestros
cuerpos de agua, y pretenden desplazar nuestras comunidades. No se trata de ataques
aislados, sino de un plan dentro de la reorganización del colonialismo para beneficio del
gran capital. A la vez, precarizan las condiciones de vida de las trabajadoras y los
trabajadores y de los sectores más empobrecidos, con medidas de austeridad que
llegan a niveles insoportables, forzando la emigración de miles de compatriotas. Su
descaro llega a tal punto, que están proponiendo la instalación de mini-reactores
nucleares en nuestro territorio nacional, una tecnología experimental y peligrosa. En fin,
se trata de la visión de los privilegiados de allá y de acá. Un paraíso en el Caribe para
millonarios. Nosotros y nosotras les contestamos con las palabras de Eugenio María de
Hostos: “Ni hoy ni mañana ni nunca nuestra Patria dejará de ser nuestra.”
Porque nosotros y nosotras, por el contrario, representamos la aspiración a otro Puerto
Rico posible, uno superior y mejor. Un Puerto Rico libre, no solo de las ataduras del
colonialismo, sino de las inequidades y marginaciones que impiden nuestro total
desarrollo económico, social y humano. Un Puerto Rico solidario, con la justicia como
norte de nuestras decisiones colectivas. Aspiramos a una nación independiente en la
cual se practique la inclusión y el respeto a las diferencias. Donde los derechos de las
mujeres, de la comunidad LGBTTQ+, de las afropuertorriqueñas y los
afropuertorriqueños no se vean pisoteados solo por ser quienes somos. Una sociedad
en que los servicios básicos estén garantizados y no a merced de la voracidad de unos
cuantos empresarios. En resumen, nuestra visión es de un Puerto Rico Libre,
Equitativo y Justo.
Esa es la lucha que libramos hoy, como lo hizo la generación del 1868 y las siguientes
generaciones de independentistas. Nos toca poner todo nuestro esfuerzo en que, en un
momento tan crítico como el actual, estemos también a la altura de las circunstancias.
El MINH reconoce el valor de todas las organizaciones que componen el espectro
independentista, en toda su diversidad. Saludamos a todas las personas que, en medio
del reto que es simplemente sobrevivir hoy en Puerto Rico, invierten tiempo, fuerzas y
recursos para contribuir al trabajo colectivo de su partido, organización, movimiento o
comité político independentista. Reconocemos también a quienes no se organizan de la
manera tradicional, pero contribuyen desde los espacios artísticos, comunitarios,
feministas, sindicales, ambientalistas, de derechos humanos, cooperativistas y
adelantan desde ahí la perspectiva correcta en esta guerra de visiones de futuro. La
gloria de Lares nos convoca hoy a la unidad más amplia de todas las organizaciones y
personas que luchan por la Justicia Social y la Libre Determinación e Independencia de
Puerto Rico. En momentos en que el deterioro en la calidad de vida en la colonia
provoca descontento en grandes sectores de la población, lo menos que se esperaría
del independentismo es una coordinación de esfuerzos que nos permitan contribuir a
que ese descontento se convierta en lucha organizada.
Mientras tanto, mirémonos con orgullo como un sector político que ha participado en
todas las luchas importantes que ha dado nuestro pueblo. Desde la abolición de la
esclavitud hasta la sobrevivencia de nuestra cultura. Hemos defendido nuestro
ambiente y nuestros derechos, detuvimos los bombardeos en Vieques y recuperamos a
nuestros luchadores y luchadoras de las prisiones yanquis. Sobre todo, contribuimos a
que Puerto Rico siga siendo una nación, y no cualquier nación sino una caribeña y
latinoamericana. Y lo somos aquí o en la Luna. Los hermanos y hermanas que luchan
desde las entrañas del monstruo son evidencia de que somos una sola Nación, dividida
por las dinámicas del mismo proceso colonial.
Hoy celebramos nuestra Revolución Puertorriqueña desde un espacio físico diferente al
del Pueblo del Grito. Lo importante es el trabajo consistente, organizado que
desarrollemos hoy y todo el año. No hay atajos, no hay sustitutos para eso.
¡Renovemos nuestro compromiso con los ideales que dieron vida a la gesta heroica del
1868!
¡Que Viva Puerto Rico Libre!