Mirada suspicaz al estado de la isla luego de Fiona

Caribe Hoy

Me encontraba fuera de la isla en una salida planeada cuando al cabo de varios días anunciaron que era inminente el impacto de Fiona, un huracán categoría I que traería niveles de lluvia sobre Puerto Rico no experimentados anteriormente. Por supuesto la noticia me provocó gran preocupación, a pesar de haber tomado medidas para resguardar mi propiedad y mis mascotas antes de viajar.

La preocupación mayor era el tema de la fragilidad de nuestro sistema eléctrico. Ello en y a pesar de que tanto LUMA como el gobernador de turno llevan meses pregonando que el país estaba preparado para la época de huracanes. Todos sabíamos y lamentablemente hemos confirmado, que eso no era más que pura diatriba. Hoy cuando tomé el taxi que me llevó al aeropuerto, el solo pensar en el estado la isla me provoco un nudo fuerte en la garganta. Tragué y respiré profundo para evitar llorar.

Mas allá de las memorias vividas durante el huracán Maria y la ansiedad que aún puede provocar esa experiencia, mi sentimiento de profunda ansiedad se debe a la molestia por la ineptitud crasa de los políticos y gobernantes de nuestro país. A raíz del huracán Maria, el gobierno solicitó y recibió millones de dólares en fondos federales para mejorar el sistema eléctrico y el vial. Los gobiernos de Ricardo Roselló, Wanda Vázquez, Pedro Pierluisi, Jennifer Gonzalez y sus secuaces, lo único que hicieron y hacen es jactarse de pregonar sobre los millones de fondos federales que consiguen.

El problema, sin embargo, no ha sido que pidan como limosneros a los Estados Unidos. El problema es que ninguno de esos gobernantes ha usado esos dineros para poner a la isla en el estado y condiciones que debía estar luego de 5 años del paso del huracán Maria. Como forma de ejemplo traigo a Croacia, quien estuvo envuelto en una guerra étnica con Serbia por años. El país quedó destrozado. Sin embargo, los gobernantes decidieron levantar el país y lo reconstruyeron de tal forma que es admirable. Claro, su pensamiento primario fue el bienestar de sus ciudadanos.

¿Qué ha pasado con los millones recibidos para reparar nuestra isla? Muchos de los fondos han sido repartidos entre los amigos del alma de los gobernantes. Esos amigos del alma han establecido corporaciones u organizaciones para captar los fondos y generar ganancias para sí, a través de altos costos administrativos y sueldos generosos para sus ejecutivos, y para donar a campañas de los gobernantes y políticos. Esto no tiene otro nombre que no sea el de “corrupción”.

En vez de tomarse medidas reales para mejorar el país, se ha perpetuado el patrón de corrupción donde se hacen trabajos defectuosos y mediocres, se roban la mayor parte

de los fondos recibidos y se espera al próximo desastre para solicitar más fondos federales. Es terrible pensar que el gobierno, los políticos y los amigos del alma, mantengan a la isla en un estado de fragilidad para provocar daños profundos con cada evento atmosférico como forma de justificar el continuar solicitando fondos millonarios para llenar sus bolsillos.

Ese proceder, también es otra forma velada de provocar el éxodo masivo de puertorriqueños fuera de la isla. “Puerto Rico sin puertorriqueños”, frase célebre descubierta en el infame chat que provocó la expulsión de Ricardo Roselló por el pueblo de Puerto Rico, y reveló el plan del gobierno estadista. Plan que evidentemente continua al presente.

¿Por qué? Porque no es posible que se piense en el bienestar de los puertorriqueños cuando el gobierno ha desmontado el sistema de educación pública a todos los niveles, desde los primarios hasta la Universidad de Puerto Rico. No es posible hablar de bienestar de los puertorriqueños cuando el sistema básico de salud está a punto de colapsar. No es posible hablar de bienestar de los puertorriqueños cuando el sistema vial está destruido y los arreglos son irrisorios. No es posible hablar de bienestar de los puertorriqueños cuando el sistema de retiro de los empleados públicos se ha perdido. No es posible hablar de bienestar de los puertorriqueños cuando el precio de la comida, el agua y la luz siguen encareciéndose. No es posible hablar de bienestar de los puertorriqueños cuando viene un evento atmosférico y tenemos que estar por días, semanas y meses sin servicio eléctrico. No es posible hablar de bienestar de los puertorriqueños cuando al presente aún hay personas que sufren por los estragos que causo el huracán Maria, los terremotos y la pandemia. No es posible hablar de bienestar de los puertorriqueños cuando se quiere mantener el contrato de LUMA en y a pesar de su evidente incapacidad. No es posible hablar de bienestar de los puertorriqueños cuando se otorgan permisos para privatizar playas públicas, vender parques del pueblo, y asaltar nuestros recursos naturales. No es posible hablar de bienestar de los puertorriqueños cuando se ha creado un paraíso fiscal bajo las leyes 20 y 22, que permite a millonarios no pagar contribuciones mientras que a los puertorriqueños se les cobran más impuestos.

La lista de todas las inequidades y precariedades que los gobernantes de turno y los políticos han impuesto a los puertorriqueños es interminable. Nos han empobrecido y continúan haciéndolo. Es intolerable e insostenible la situación que vivimos en el país. Es hora de un levantamiento masivo de todos los puertorriqueños para exigir al gobierno que dé prioridad al bienestar del pueblo.

Es imprescindible exigir sin mayor dilación una vida digna y respetable para los puertorriqueños, una administración limpia de corrupción, el procesamiento de los corruptos que incluya la restitución de todos los dineros robados o lucros obtenidos indebidamente; que cese la venta de bienes y recursos naturales del pueblo, que se corrija el sistema eléctrico y se cancele el contrato de LUMA de inmediato. No hay cabida ni debemos dar paso a más gobiernos mediocres. Indignémonos. Basta ya de tanta falta de respeto al Pueblo de Puerto Rico.