De cara a la segunda vuelta en las elecciones presidenciales en Brasil

Historia

Con la participación de más de 123.6 millones de electores de un total de casi 156 millones y medio de electores inscritos, se llevaron a cabo el pasado domingo las elecciones en Brasil. En estas elecciones el país votó por los candidatos a la Presidencia, Vicepresidencia, una tercera parte del Senado, 513 diputados a la Cámara de Diputados, las gobernaciones de los estados que integran el país, junto con el Distrito federal.

El número de participantes en la consulta electoral representó el 79.05 % de los electores elegibles para ejercer el derecho al voto. En Brasil tiene el derecho al voto toda persona mayor de 16 años, siendo obligatorio dicho ejercicio para aquellos/as mayores de 18 años y hasta los 70 años.

Del número de votos emitidos, 1,934,722 fueron votos en blanco, mientras que 3,410,343 fueron declarados votos nulos. Los cuatro candidatos con mayor número de votos fueron, en este mismo orden: Luis Inácio (Lula) Da Silva, del Partido de los Trabajadores, con 57,259,504 votos para un 48.43%; Jair Bolsonaro, del Partido Liberal, con 51,072,345 votos para un 43.20%; Simone Tebet, del Movimiento de la Democracia Brasileña, con 4,915,423 para un 4.2%; y Ciro Gomes, del Partido Democrático Laboralista, con 3,599,287 votos, para un 3.04%. Estos últimos dos candidatos representan en conjunto el 7.20% de los votos. También participaron de las elecciones otros siete partidos políticos recogiendo entre todos ellos el 1.5% de los votos.

De acuerdo con la normativa vigente en Brasil, para un candidato o candidata ser certificado como presidente/a en una primera vuelta, debe obtener el 50% de los votos más uno. Así las cosas, el resultado de estas elecciones indica que será necesaria una segunda vuelta electoral, la que tendrá lugar con los dos candidatos de mayor votación en la primera vuelta. Esta segunda vuelta está pautada para el día 30 de octubre.

Como indicamos, en estas pasadas elecciones, también se elegía la vicepresidencia de Brasil; 27 de los 81 integrantes del Senado; 513 integrantes de la Cámara de Diputados; 27 gobernaciones de los distintos estados; y 1,059 diputados estatales. El resultado de las elecciones dio un mayor número de escaños en el Senado y la Cámara de Diputados a los/as candidatos/as del Partido Liberal de Bolsonaro, aunque no los suficientes para por sí mismo tal partido ser la mayoría en el cuerpo legislativo. En la Cámara de Delegados, el Partido Liberal (PL) obtuvo 99 diputados frente a 68 obtenidos por el Partido de los Trabajadores (PTD); mientras en el Senado, el Partido Liberal contará con 14 senadores y el Partido de los Trabajadores con 9 senadores.

De los candidatos a las gobernaciones estatales, Lula prevaleció en 14 estados, mientras que los candidatos apoyados por Bolsonaro ganaron en 12 estados, más el Distrito Federal. Entre los estados ganados por Bolsonaro se encuentran importantes ciudades como Brasilia, Sao Paulo, Río de Janeiro y Porto Alegre.

Destaca Sylvia Colombo, como corresponsal para América Latina del diario Folha de Sao Paulo y reproducido por el Washington Post el pasado 3 de octubre, que “el caso más emblemático es el del exministro de Salud del gobierno de Bolsonaro, Eduardo Pazuello, quien fue el diputado mas votado en Río de Janeiro”, quien es “un negacionista de las vacunas contra el COVID-19 y promovió el uso de medicamentos como cloroquina y la hidrocloroquina, no aprobados contra la enfermedad.” También el caso de Ricardo Salles, ex ministro de Medio Ambiente, que en 2020 “sugirió a Bolsonaro aprovechar que la gente estaba distraída con la crisis del COVID-119 para realizar cambios en la legislación, que permitieran deforestar aún más la Amazonía”; o el caso de Damares Alves, exministra de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos, electa Senadora por el Distrito Federal, evangélica que indica que de niña vio a Jesucristo y que “él le dio la misión de luchar contra la ideología de género. Otro diputado electo fue Hamilton Mourao, quien ante los asesinatos de un periodista y un ambientalista en la Amazonía, “los culpó de su muerte al decir que no deberían haberse entrometido con los “empresarios locales.”

Una mirada al mapa de Brasil y los contornos geográficos donde Lula y Bolsonaro tuvieron mayor éxito en la captación de votos demuestra que mientras la fuerza electoral de Lula se ubica en la región norte noreste de Brasil, la de Bolsonario se encuentra en la región sur suroeste del país.

La diferencia en votos entre Lula y Bolsonaro en esta primera vuelta fue de 5.41% de votos, equivalente a poco más de 6.1 millones de votos; sin embargo, la suma de los votos de las candidaturas que llegaron en tercera y cuarta posición en las elecciones, suman entre ambas alrededor de 8.5 millones de votos. Se indica que estos dos partidos forman parte de la derecha e izquierda del centro político en Brasil, por lo que cualquiera de los dos principales contendientes a la presidencia deberán procurar atraer para sus posiciones los integrantes de estas dos agrupaciones. Conseguir tal objetivo supone para ambos principales candidatos, un acercamiento de posiciones hacia ese centro político de cara a esa segunda vuelta.

También Lula como Bolsonaro deberán hacer ajustes en sus discursos dirigidos a mover una parte de ese 20% que no salió a votar en la primera vuelta, como conquistar el apoyo de un amplio sector de aquellos que depositaron la papeleta en blanco o votaron de manera indebida de forma tal que su voto se contabilizara como un voto nulo.

Ni para Lula ni para Bolsonaro, esta es la primera experiencia de enfrentar una segunda vuelta. De hecho, en el caso particular de Lula, en las elecciones de 2006, en una primera vuelta sacó un porciento muy cercano al obtenido en estas elecciones con un 48.6%. En la segunda vuelta, sin embargo, gracias a la efectividad de las negociaciones con otras fuerzas, alcanzó el 60.8% de los votos.

Previo a las elecciones, hubo encuestas que daban a Lula la ventaja de 17 puntos en la primera vuelta sobre los votos atribuidos a Bolsonaro, aunque sin superar el 50% de los votos necesarios para salir electo. Por esto, a la hora de analizar los resultados de las pasadas elecciones, es importante identificar distintos factores que de alguna manera ayudan a explicar ese avance de 12 puntos frente a las encuestas. Entre ellos se encuentran: (a) la manipulación mediática; (b) el apoyo del sector fundamentalista evangélico (65 millones de feligreses); (c) el respaldo por parte de las Fuerzas Armadas, ejemplarizado con el Ministro de las Fuerzas Armadas como candidato a la Vicepresidencia por el Partido Liberal; (d) la influencia del sector terrateniente en la población campesina; (e) el papel institucional de la

Iglesia Católica; (f) divisiones en la izquierda y centro-Izquierda; (g) la abstención de un 20% del electorado; y (h) los casi 5 millones de votos en blanco o nulos.

Si bien los actuales sondeos muestran al presente un cuadro favorable al triunfo de Lula en una segunda vuelta, como indica la periodista Sylvia Colombo, tal triunfo “tendrá en su futuro inmediato un choque agotador entre el presidente y el Congreso, y el aumento de la polarización.” De otra parte, la periodista también señala que en un triunfo en la segunda vuelta de Bolsonaro, “la hipótesis más segura es la de un gobierno aún más autoritario, apoyado por un Congreso a modo y gobernadores a su favor, y que seguirá avanzando contra las instituciones, la Corte Suprema, el periodismo independiente, y los derechos de las minorías y de las mujeres.”

Lula ha indicado que nunca ha ganado unas elecciones en una primera vuelta, señalando que la misma “le brinda la posibilidad de madurar las propuestas y la conversación con la sociedad.” Parte de esa maduración de propuestas enmarca en el tipo de acercamiento que ha de dar con otros partidos y candidatos frente a los cuales compitió en la primera vuelta en aras de ganarlos a su lado en la segunda vuelta. Recordemos que en la Cámara de Diputados de Brasil hay 23 partidos políticos con alguna representación parlamentaria, mientras que en el Senado hay 15 agrupaciones políticas representadas.

El tiempo apremia para estas discusiones y la formalización de alianzas. Como hemos indicado antes, en la primera vuelta el elector vota por el partido y candidato de su preferencia, en la segunda vuelta se vota contra quien uno no quiere que llegue al poder.

De acuerdo con la página electrónica titulada Página/12 de 7 de octubre de 2022, ya comienza a darse a conocer endosos a la candidatura de Lula. Tal es el caso de Simone Tebet, del Movimiento de la Democracia Brasileña, quien llegó en tercer lugar en la primera vuelta electoral. En igual sentido se ha expresado Fernando Henrique Cardoso, quien ocupara la presidencia de Brasil de 1994-2002 y fuera contendor de Lula ganando en la primera vuelta de las elecciones de 1994 y 1998 sin necesidad de segunda vuelta; a pesar de que en las elecciones de 2003 y 2006 fue derrotado por Lula y en las de 2010 y 2014 por Dilma Rousseff. Cardoso es presidente de honor del Partido

de la Social Democracia Brasileña. En estas pasadas elecciones Cardoso respaldó en primera vuelta a Simone Tebet. En su cuenta en Twitter Cardoso indicó: “En esta segunda vuelta voto por una historia de lucha e inclusión social. Voto a Luz Inácio Lula da Silva.”

En el caso del candidato que llegó en la primera vuelta en cuarta posición, Ciro Gomes, del Partido Democrático Laboralista, también se ha expresado en apoyo a Lula en la segunda vuelta electoral. También José Serra, excandidato presidencial y exgobernador del estado de Sao Paulo de orientación centro-derecha, se ha pronunciado en favor de la candidatura de Lula en la segunda vuelta.

Ciertamente, las pasadas elecciones dejan un país muy dividido donde tanto la derecha como la izquierda se reagruparán procurando girar el filo de la balanza hacia su lado y su programa. Esperamos que ese filo de la balanza se incline en favor del candidato del PT, Luis Inácio (Lula) Da Silva.