Steinbach

Agenda Caribeña
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El 1ro de noviembre, las brujas vuelven a sus baúles para reposar y dormir tranquilas durante nueve largos meses. Unas refunfuñan molestas y por lo bajo comentan: “no es justo tener que esperar tanto tiempo para volver a respirar aire puro y ver de nuevo los rayos del sol”. Otras, conformes, sin más remedio se marchan alegres dándole la bienvenida a las figuras de madera creadas por Christian Steinbach y sus descendientes.

Esas no son egoístas. Por el contrario, satisfechas comparten su hogar con hermosos y coloridos cascanueces, soldados de plomo y hombrecitos fumadores de madera. Estos últimos aromatizan la casa de exquisitos olores a incienso, pino y arándano, anunciando que la Navidad se acerca.

Cuando Amanda leyó el cuento El cascanueces y el rey de los ratones, de ETA Hoffman, quedó asombrada con el mundo maravilloso creado por la imaginación del escritor prusiano. Pero al ver la pieza de ballet, con la música de Tchaikovsky, se enamoró perdidamente de estos icónicos personajes. Entonces prometió que cuando viajara a la Baja Sajonia, se compraría un cascanuez de la marca Steinbach. Realizó su sueño en 1999, cuando caminaba por una calle de Múnich y en una pequeña vitrina, vio al hermoso soldado rojo. No dudó en comprarlo y todavía lo conserva. Hans es el primero en exigir que lo saque de su caja porque le llegó su turno de lucir su rechoncha figura por tres meses. Así fue como ella inició su pasión por los cascanueces y los soldados de plomo que colecciona. A los nacimientos y reyes magos, se unen las piezas de Steinbach y las de Kurt S. Adler, judío alemán que, en 1934, emigró a Manhattan. En cada esquina de su vivienda, la fantasía soñada por Clara, se hace realidad cuando las personas que la visitan se tropiezan con el rey ratón y todos sus amigos, que por tres meses serán libres de hacer lo que quieren.