Rom Barceló volvió a ganar

Voces Emergentes
  1. La muerte se lo llevó un jueves, poco antes de las seis de la tarde. Rom Barceló
    acababa de recibir una nota a mano, como aquella otra que lo catapultó a la fama
    a finales de los años 70. Carlitos, su nieto favorito le acababa de decir lo mucho
    que lo quería vivito y coleando. En vida, sólo un compatriota mío, no tuyo, tuvo los
    cojones que todos en tu país no tuvieron, el de meterle el pescozón que siempre se mereció. Pero la cosa por la que lo recuerdo no es esa. Es que los otros días, después de muerto, me lo volví a encontrar. Está mejor vivo que muerto, sin duda.

Don Carlos está y lo pude corroborar en el infierno. Vive de lo más bien, diría que requetebién. Todos los días asiste a misa. Aponte Martínez, tan agradecido como lo has sido tú, le da la bendición que tú tanto has anhelado darle en gratitud por todo lo que hizo por el movimiento. De verdad que no entiendo la actitud del Monseñor, pero mis fuentes en Washington me dicen que se debe a que es que le debe su estancia en lo que fueran los terrenos que rescatara el padre de Pedro II de manos de Alfonsina. El dato me lo confirmó Juanma, hace unos días. Juanma tuvo mejor suerte; aunque tú no lo creas, está en el cielo. Sigue teniendo la suerte de tener contactos e informantes de todo lo que acontece hasta en el mismo infierno. Lo lindo de cuando Rom Barceló la pilló de aquí es que, según me cuentan, su nieto Carlitos tuvo que adelantar sus estudios en Ciencias Políticas en Yale. Me dicen que hizo una tesis en la que reivindica a su abuelo y su lucha por lograr dejarnos sin los empleos 936 antes de morir con tal de lograr que pasemos, más pronto que tarde, de ser país a un barrio de Nueva York en el Caribe.

  1. La lluvia volvió los otros días como en aquellos días en que llovía en San Juan, y la mierda flotaba. En San Juan, hay zonas en guerra, y zonas en las que cuando llueve, la mierda se sale y se pone a flotar. Recuerdo, yo, no sé si tú, pero yo sí lo recuerdo, cuando doña Fela salió a dar una vuelta por el embalse San José y se le embachó su traje blanco. Nunca lo olvido. San Juan tampoco. La mierda cuando flota huele mal, pero cuando se te incrusta en tu ropa, la peste a mierda se va contigo. A doña Felisa la mierda le siguió en el 68, y los votos con los que contaba para ir al Senado no aparecieron siquiera flotando en el embalse. Cuando aparecieron, se habían salido de Valencia. Unos aparecieron en el río Bayamón y otros en Río Piedras. Había pasado una década. Rom Barceló volvió a ganar.
  2. La cosa es que la cosa puede ser la cosa como también puede que no lo sea. Es cuestión, a fin de cuentas, de estar o no estar, de bregar o no. ¿Sabes de lo que hablo? Hablo de la guerra contra las drogas. Y vos, ¿de qué habla?