El gobierno de Puerto Rico acaba de iniciar un proyecto, al costo de $3.1 millones de USD, para instalar 58 cámaras de video en un tramo de 7.5 millas (3 kilómetros aproximadamente) que se llama la avenida Baldorioty de Castro, o mejor conocida como el corredor de la muerte. En esa carretera, de ordinario, mucha gente muere asesinada producto de ejecuciones sumarias que realizan sicarios.
El dinero invertido va para una compañía, hoy inexistente, pero fue la que nombró el gobierno en su anuncio de esta nueva iniciativa. La compañía anunciada es IBM. Esta parte me pareció mucho más curioso, pues IBM es una compañía que ya no existe. La que existe, sustituta de la otra, es Lenovo. Pero en fin, se trata de dinero público invertido en el sector privado, para garantizar que la economía continúe moviéndose.
Me pregunto, ¿debemos invertir de esta forma para prevenir el crimen? Es una inversión que muy bien se podría gestar de otra forma, sobre todo para ir a las causas de los asesinatos que ocurren en dicha avenida. Tal vez se pudo haber realizado un estudio a menor costo, $20 a $30 mil dólares, analizar las personas asesinadas durante el presente año en dicha avenida, encontrar un motivo lógico, e ir a transformar las causas que motivaron dicha muerte. En otras palabras, las cámaras sólo habrán de asistir para perseguir a los que ya asesinaron o agredieron a alguien, pero no podrán prevenirlo. Sirven sólo para investigar un hecho ya pasado, no para prevenir que dicho hecho vuelva a ocurrir.
En la atención que el gobierno, de Puerto Rico o de Jamaica por ejemplo, debe darle al problema de la criminalidad, las soluciones policiacas, no resuelven mucho. Son parte de una estrategia trillada de ¨ley y orden¨ que no actúa sobre la prevención. Sería más fácil investigar una serie de delitos, examinar sus causa y motivos. A partir de ese instante, sería más efectivo desarrollar una solución social y económica encaminada a la prevención. Las salidas policiacas solo avalan a lógicas represivas.