Crazy Horse

Voces Emergentes

Con nostalgia rememoro la época en que conocí a Roy Johnson Crazy Horse. Fue en el año1992, en la ciudad de Camden, New Jersey. Era un hombre alto, robusto, con un timbre de voz grave que para esa época tenía sesenta y ocho años. Nació en Camden el 7 de diciembre de 1924, y murió el 11 de noviembre de 2004, a los setenta y nueve años. En aquel momento escribía un libro sobre el abuso de los conquistadores contra los nativos americanos y mi hermana le traducía al inglés los artículos que en español. Crazy Horse era el director y administrador de la Reservación de los Indios Powhatan en el Valle de Delaware.

Conversando con él supe que había estudiado en Temple University en Philadelphia. En aquel momento, no presté atención al hecho de que él hizo sus estudios en esa institución cuyo lema pervive en mi memoria: perseverantia vincit o la perseverancia  conquista. Jamás imaginó el abogado y escritor Russell Herman Conwell, fundador y primer presidente de esa universidad, que uno de sus egresados, el famoso Roy Johnson Crazy Horse, iba a ayudarme económicamente a realizar mi sueño de convertirme en una doctora en literatura. Lo logré con su ayuda y porque soy una luchadora que persevera para conseguir lo que se propone.

Roy, que era el más joven de ocho hijos que tuvieron Charles H. Johnson y Anna Schmidt, pertenecía a la tribu Powhatan Renape Indians. Con él aprendí que la palabra Powhatan significa en español “en las cataratas” y Renape “derechos humanos”. Precisamente, Roy Crazy Horse luchó por los derechos de los Powhatan en New Jersey y creó un museo para que los no nativos como yo, comprendiéramos y valoráramos a los primeros habitantes de las tierras que hoy se conocen como los Estados Unidos de Norteamérica. Roy escogió su nombre Crazy Horse, como un tributo a Tasunka Witko o Caballo Loco, jefe de la tribu siux oglala, que, en el siglo XIX, junto a Toro Sentado y Nube Roja, combatieron a los europeos que invadieron sus territorios. Crazy Horse fue asesinado en 1877 cuando apenas tenía treinta y siete años. Tanto él, como sus compañeros, estaban comprometidos con mantener y preservar sus tradiciones ancestrales. Por eso, indujo a su pueblo a combatir a los enemigos blancos que vinieron a mancillar sus tierras y su gente.

Por esa lucha encomiable, Roy Johnson, decidió autonombrarse Crazy Horse y fue a este líder al que conocí en 1992, cuando me aceptaron a estudiar en Temple University, pero no había un teacher assistant o asistente de cátedra para poder pagar mis estudios. Recuerdo llegar al apartamento de mi hermana, cabizbaja y triste, porque debía regresarme a Puerto Rico. No podía solventar mis estudios en esa universidad, ni en ninguna otra, porque era una estudiante pobre. Aquel hombre escuchaba sin entender lo que yo le contaba a mi hermana. De pronto, se levantó de la silla que ocupaba y me preguntó qué sucedía. En el poco inglés que manejaba, sin conjugar los verbos, le expliqué que me habían aceptado al Spanish and Portuguese Department pero que no podía pagar mis estudios. Esto sucedió un viernes y decidí regresar a Puerto Rico el siguiente miércoles. Él me escuchó detenidamente y manifestó que lo sentía mucho. Pero, el lunes, recibí una llamada donde me indicaban que había surgido el anhelado puesto de asistente de cátedra que pagaría mis estudios.

Comencé en el otoño del 1992, y en verano de 1997, cuando fui a defender mi tesis doctoral, entre los asistentes estaba Roy Johnson Crazy Horse. Lo saludé asombrada y fui a ocupar la silla que me asignaron. Empezó la defensa de tesis y el bombardeo de preguntas hasta que mi consejero me pidió que saliera de la sala. Me levanté y me dirigí a una pequeña sala a esperar. Después de cincuenta minutos, mi consejero de tesis el Dr. Hernán Galilea, q.e.p.d., me llamó y me dijo: “colega puedes pasar”. Entonces supe que era Doctora en Filosofía y Letras y, que mi asistente de cátedra lo había pagado ese hombre alto, imponente, de voz grave, llamado Roy Johnson Crazy Horse. Desde ese momento, hice un pacto con él, ayudar en sus estudios a estudiantes desventajados económicamente.