A peso el pescado

Economia Solidaria

De verdad que no sé como le va al resto del Caribe en este asunto. Pero en lo que respecta a Puerto Rico, la gente de verdad que no le gusta comer pescado. En ese sentido, a veces resulta más cómico regalar el pescado capturado, pues nada nos indica que la gente lo quiere comprar. Y no estoy diciendo que el pescado, comercialmente capturado, se pierde en los congeladores. No, ese no es el caso. Lo que quiero significar es que la industria de la pesca comercial no crece en Puerto Rico, entre otras razones, porque no existe un mercado fuerte de consumidores.

No obstante lo anterior, la pesca comercial en este país caribeño aún se circunscribe a unas asociaciones de pescadores artesanales que contra viento y marea, salen a la mar todos los días que pueden, e intentan capturar lo mejor para poderlo vender. Es una industria muy compleja, pero una de las razones que permite su sobrevivencia hoy, cuando se importan pescados más baratos en su costo de la India y de la China, es que la misma opera desde la solidaridad.

Y que conste, que no deseo idealizar a los pescadores. Estos son tan humanos como el resto de la población. Pero normalmente en la pequeña embarcación con la cual se echan a la mar los pescadores, todos los que participen de la captura de la pesca, se dividen entre partes iguales, luego de pagado los gastos, el pescado. Esto es solidaridad y es un tipo de socialismo práctico: a cada cual según su sacrificio y sus necesidades de vida.

Entonces, ¿por qué no echa para adelante la industria de la pesca en este país caribeño? Me parece porque no se da una fuerte y consistente demanda. Pero también, porque la industria artesanal es insuficiente para las necesidades ambientales a las cuales se enfrenta, como a las de una población en movimiento.