El tiempo es implacable y no perdona. Así lo dijo el cubano Pablo Milanés en su famosa canción El tiempo, el implacable, el que pasó. El tiempo se llevó la juventud y ha dejado marcas de expresión en mi rostro. El tiempo se llevó la agilidad y ahora mi caminar es más lento. El tiempo y la dejadez, ha destruido los espacios que una vez tuvieron vida propia. Las casonas y los edificios conocidos ahora son lugares abandonados; nidos de ratas y cucarachas. Lo peor de todo es que el tiempo se llevó mi memoria y ahora ni siquiera recuerdo mi nombre.
Lo que el tiempo se llevó
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