¡Viva el Team Rubio!, ganando y perdiendo

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En un juego que parecía iba terminar en paliza  anoche en la ciudad de Miami, la selección nacional de Venezuela pudo contener un avance de cinco carreras de Puerto Rico para ganar su segundo juego corrido del Clásico Mundial de Beisbol. El resultado fue de 9-6, y con la victoria los chamos lideran invictos la sección D del torneo.

El récord de Puerto Rico en el evento queda nivelado a 1-1. Esta noche jugará con el equipo de Israel, mientras que los invictos venezolanos irán contra Honduras, que ha perdido en sus dos apariciones—una con Puerto Rico otra con Israel.

Desde la lomita, Pablo López de los Miami Marlins en Major League Baseball contuvo a los puertorriqueños por cuatro y 2/3 innings, permitiéndo una sola carrera, un jonron de Eddie Rosario, y lanzando apenas 55 envíos. Dejó a Venezuela con una ventaja de 9-1.

Pero en la sexta entrada, los bates de Puerto Rico explotaron. Los boricuas anotaron cuatro carreras, la última impulsada por el mismo Rosario con un fly de sacrificio al jardín central. En la próxima oportunidad de Borinquén un doble de M.J. Melendez trajo al plato de home a Kike Hernandez, y la brecha entre los dos equipos se redujo a tres carreras. Los relevistas de Puerto Rico luego lograron retirar a 12 bateadores corridos, pero los brazos de Jhoulylis Chacin y Silvio Bracho mantuvivieron a la ofensiva boricua alejada del tablero de anotaciones.

El ace monitucular de los Blue Jays de Toronto Jose Berrios comenzó lanzando por Puerto Rico, pero le anotaron cuatro carreras en la misma entrada inicial. Su mal posicionamiento de lances continuó en la segunda entrada, causando que el dirigente de Puerto Rico Yadier Molina lo retirase del montículo por el primero de una serie de relevistas que no tuvo entero éxito en detener la ofensiva venezolana.

En los prImeros cuatro innings de los sudamericanos, Salvador Pérez empujó cinco carreras con dos dobles y un vuelacercas, mientras que Anthony Santander se le unió con otro homer. La ofensiva bolivariana parecía indetenible, y el juego se estaba tornando en una agonía para los boricuas. En las primeras tres entradas la rotación del lineup bolivariano parecía un carrousel con casi cada bateador consumiendo tres turnos. No fue hasta que llegó Miguel Santiago, un zurdo veterano, que Puerto Rico pudo de alguna forma detener la avalancha de hits de sus contrarios. Entonces fue que llegó el sexto de Puerto Rico. Pero la ventaja de los venezolanos era tan amplía que hubiese tomado una gesta heroica arrebatarle la victoria. 

El evento se está jugando por secciones (pools) a través del globo, cada uno compuesto de cinco equipos. Solo dos escuadras de cada uno de las cuatro secciones avanzan a la próxima ronda.