La economía de la corrupción

Economia Solidaria

Mucho se piensa que la corrupción es un asunto que pasa lejos, con una serie de personas que no conocemos, y que las mismas, amortizan su vida apropiándose de algún beneficio, público o privado, que les sanciones bienestar. Pero no, la corrupción pasa mucho más cerca de nosotros, allí en los propios corredores de la vida donde todos y todas participamos, lo cual nos lleva a reflexionar si el sentido común opera desde la corrupción, u opera desde lógicas desviadas que se sancionan como normales.

Viviendo en el Caribe, lugar donde los trasiegos históricamente determinaron la calidad de vida que hemos tenido, se piensa que los problemas son meramente reflejo de nuestro mundo contemporáneo. Por otro lado, cuando nos adentramos en la vida diaria de muchos de nosotros vemos como en multiples instancias, los procederes de las personas son conforme a su sentido común, su bienestar personal, y sobre todo la ganancia que puedan obtener de un asunto, que a fin de cuentas, es de dudosa legalidad. Digo de dudosa legalidad, pues realmente se re-emplaza por un código moral, que sanciona la corrupción.

No sé si la corrupción antecede las santas escrituras, y tal vez la llamada profesión más antigua del planeta, la prostitución. Lo que si sé, es que la corrupción cala en todos los niveles sociales, y en particular en torno a las vidas cotidianas que nos permiten tener mejor o peor calidad de vida.

Dicho lo anterior, me pregunto, ¿cómo se altera la cultura de la corrupción? De verdad que desconozco como se compone la situación. Lo que si sé, es que la misma se supera, como mínimo, siguiendo unos parámetros pre-establecidos de orden, es decir aplicando los reglamentos existentes. Por otro lado pienso que aplicando un poco de sentido común de lo que es algo honesto, se puede pensar también que se inicia un proceso de superación de la cultura de la corrupción.

Lo más importante, es no desesperarse. Mantener el paso firme en torno a entendidos comunes, donde surja una nueva cultura no corrupta, debe ser nuestra apuesta.