Jesús Adrián Zambrana Rodríguez [nuestro entrevistado]

Justicia Social

Jesús Adrián Zambrana Rodríguez (San Juan, Puerto Rico, 1972-) es escritor y abogado-notario. Todo apunta a que Zambrana Rodríguez tiene su origen en una urna de las que sobrevivieron al desfalco electoral de Valencia. Intercala su oficio jurídico con la escritura, a manera de ensayos, cuentos y novelas. Mantiene su propio blog: jazambrana.com Ha publicado un libro de cuentos, Simplemente Cándido (2018), y dos novelas, El sonido de la ausencia (2016) y Tiburón (2022). A partir de su última novela, Jesús ha contestado todas nuestras preguntas. Todas sus respuestas son para ser compartidas con todos vosotros.

1.1 Wilkins Román Samot (WRS, en adelante) – Hace poco tiempo publicasteis Tiburón (2022). ¿De qué trata o tratas en esta novela histórico-política y cómo recorres entre la no ficción y la ficción? ¿Cómo surgió la oportunidad de trabajarle?

1.2 Jesús Adrián Zambrana Rodríguez (JAZR, en adelante) – Como bien mencionas, Tiburón es una novela política, pero, para sorpresa de muchos de mis lectores, es también una desgarradora historia de amor, enmarcada en la turbulenta sociedad actual. Deja al descubierto los defectos, vicios y hasta algunas escasas virtudes de sus personajes, presentados en su estado más puro y visceral. El personaje principal, Armando “El Tiburón” Quiñones, es un político inmerso en corrupción; carismático y encantador, pero, a la vez inescrupuloso, vicioso, promiscuo, infiel, entre otras tantas “faltas” de carácter, que lo harían merecedor de la repulsión y el asco de cualquier persona cuerda.

Lo curioso de este arquetipo perfecto de “anti-héroe”, es que tiene una virtud que no es compatible con el resto de sus características: no gusta de robarle al Pueblo, porque va en contra de sus escasos, pero muy firmes principios. Una cualidad que resultó ser su mayor problema, ya que esos firmes e inquebrantables “principios”, lo catapultaron a su inevitable desgracia; tal vez sea cierto ese dicho de que “no good deed goes unpunished”.

Tiburón presenta una buena parte de la historia de finales del siglo XX y comienzos de XXI, hasta el año 2020, vista desde la realidad del puertorriqueño común o, al menos, desde la realidad percibida por el autor, que es un puertorriqueño, en extremo, común.

El recorrido entre la realidad y la ficción es quizás el mayor atractivo para los lectores, porque es una novela escrita en claves, el lector reconocerá eventos y podrá descifrar la identidad o rasgos de los protagonistas de la verdadera política puertorriqueña, que sirvieron de base para la creación de los personajes. Los lindes entre la ficción y la no ficción, se conectan en una especie de “¿qué hubiese pasado sí?”, el “what if?”, tan usado y abusado en estos tiempos de “posverdades”, para creación de nuevas narrativas. Es una invitación a cruzar las fronteras entre realidad y literatura.

Me preguntas ¿cómo surgió la oportunidad de trabajar Tiburón? No fue un asunto de oportunidad, una vez nació el personaje en mi cabeza, no quedó otra opción que escribir su historia. El pequeño gran problema de esa “no-oportunidad”, se hizo presente cuando la historia estaba casi escrita es su totalidad, pues como menciono en la Advertencia del libro, la ficción se enfrentó a eventos y circunstancias que sacudieron las nociones de lo real y lo posible. Alguien dijo una vez: “las grandes historias, comienzan por el final”, por eso tengo la (buena o mala) costumbre de escribir los finales primero, Tiburón no fue la excepción, escribí el final casi dos años antes de la fecha que me propuse para terminar el proyecto. La trama acaba el día de las elecciones generales en noviembre del 2020, pero, cuando lo escribí no sabíamos que, ese año 2020 llegaría plagado de calamidades y tragedias que no pude ni remotamente imaginar. Los terremotos del mes de enero, los fuegos forestales alrededor del mundo, después la pandemia y la muerte de George Floyd, acompañada de un estallido social que sacudió el mundo, cambiaron los hechos reales que debía contener la novela.

Un texto histórico-político, que no incluyera esos eventos que antes menciono (entre otros tantos) no cumplía con mis expectativas de veracidad. Así que, deseché casi una tercera parte de todo lo escrito y me di a la tarea de reescribir e incluir esos sucesos imposibles de pasar por alto. Al final, el resultado fue una crónica de realismo sin magia, ni esperanzas, repleto de acción, erotismo, drogas, rock ‘n’ roll y mucha naturaleza humana. Dejando la modestia muy aparte, hay historias que se imponen en el recuerdo y, quiero creer que, Tiburón es una de ellas.

2.1 WRS –¿Qué relación tiene Tiburón con vuestro trabajo creativo-investigativo anterior y hoy?

2.2 JAZR – Se escribe de lo que se conoce, no concibo el oficio de escribir sin investigación o experiencia de vida, además de muchas lecturas previas que me lleven a encontrar el ritmo de la narración y la voz de cada personaje. En el caso de Tiburón, hace algunos años trabajé para el Gobierno, en especial para varios gobiernos municipales, de los que me reservaré el nombre. El trabajar y ver de cerca la tragedia de la corrupción y sus efectos sobre la gente inocente, fueron la base principal para escribir Tiburón. De hecho, escribí el primer manuscrito, sentado en el escritorio de la oficina que ocupaba en uno de esos municipios, justo después de salir de una reunión en la que superiores me exigieron que quebrantara varias leyes. Me negué y fui despedido poco tiempo después. Aunque no es para nada autobiográfica, Tiburón recoge gran parte de mi experiencia en ese mar eterno de la política corrupta, y no porque nadie me lo contó o lo vi en TV, porque lo viví y sentí en la piel los efectos colaterales de la persecución que reciben aquellos que se niegan a jugar el juego sucio.

Acerca de la relación con mis libros anteriores, Simplemente Cándido (mi segundo libro) coincide en la provocación mordaz, ambos son radiografías de la naturaleza humana, adaptadas al Puerto Rico de las pasadas dos décadas. Ambos requirieron de investigación y documentación, tanto de eventos ocurridos en Puerto Rico, como en el resto del mundo. Tiburón requirió de mucho más, debido a la complejidad de la política internacional de la historia, y que no sólo se desarrolla en Puerto Rico, hay escenas en México, Chile, Dubái y varias jurisdicciones de los Estados Unidos, entre otras.

En esa línea de la “relación” con los anteriores, El sonido de la ausencia (mi primer libro, publicado en el 2016) y Tiburón pertenecen al mismo “universo”, a la misma dimensión literaria, los personajes principales de El sonido de la ausencia son personajes secundarios en Tiburón, y, aunque no es una secuela, es en este que el lector comprenderá cómo o por qué Ignacio, el personaje principal del El sonido de la ausencia, muere tantas veces a través de la novela, pero, al final está vivo, como Travolta en Pulp Fiction.

En mis primeros dos libros, quise jugar a la exploración literaria. El sonido de la ausencia es una novela contada en cuentos, con un personaje que “muere” en casi todos; confieso que fue una especie de “tributo” a mi pasión y admiración por las letras de Julio Cortázar: mientras lo escribía, fantaseé con la idea de que, sería un libro que a Cortázar le hubiese encantado leer. Simplemente Cándido es una colección de treinta cuentos y un “bono”, que nacieron de ensayos y críticas que inicialmente publiqué en mi blog jazambrana.com; y luego convertí en cuentos con diversas voces y técnicas narrativas. Casi todos tienen un protagonista en común, que presenta su opinión de la vida, desde las posturas más antipáticas y políticamente incorrectas. Es una especie de homenaje al Cándido o el optimismo de Voltaire, pero, en la era de la Internet y la “posverdad”.  

Un elemento común en los tres libros es el musical, tanto en el proceso de redacción, como en el resultado final. Y todos terminan con un colofón en el que anuncio el proyecto con el cual regresaré; algo que, muy burdamente, copié de las películas de James Bond.

3.1 WRS – Si compara su crecimiento y madurez como persona, jurista, investigador y escritor, ¿qué diferencias observa en su trabajo creativo-investigativo inicial con el de hoy?

3.2 JAZR – Con mis primeros dos libros, en mi biografía me presenté como “aspirante a escritor”, después de Tiburón, dejando la modestia aparte, creo haber ganado, a pura tinta y palabras, las insignias y el título de escritor.

Gracias a tu pregunta, me he tomado la licencia de mirar desde arriba toda la línea “histórica” de mi proceso creativo, y debo decirte que lo que hago hoy es (casi) exactamente la misma cosa del principio. Aunque, en aquellos primeros días, no había otro propósito que no fuese (la satisfacción propia) exceso de palabras y adjetivos, y todo un despliegue de ironías evidentes.

Mi proceso de redacción actual es más depurado y minucioso, y el resultado más irreverente cada vez. Creo que la calidad de mi prosa ha cambiado un poco, ahora utilizo menos palabras para describir las ideas, pero, curiosamente, escribo libros más largos. Aunque a golpes de mal rato aprendí a manejar la brevedad, no suele sentarme bien. Consecuentemente hago todo lo posible por alejarme de los lugares comunes, las tendencias e ideologías que dictan la pauta de lo que “se debe escribir”. Desde hace algunos años me dedico a escribir a tiempo completo, trabajo como jurista a menos de medio tiempo y sólo para pagar las facturas, porque con las letras nunca alcanza.

4.1 WRS – Jesús, ¿cómo visualiza su trabajo creativo-investigativo con el de su núcleo generacional de escritores con los que comparte o ha compartido en Puerto Rico y fuera?

4.2 JAZR – Responder esa pregunta es complejo, particularmente, porque no suelo compartir con escritores; tampoco con abogados, seguro es porque detesto hablar todo el tiempo de trabajo y proyectos. Si, con “visualizar”, nos referimos a comparar, debo decir que no conozco el trabajo investigativo de los pocos escritores con los que he compartido y en cuanto al asunto creativo, no creo que mi trabajo sea comparable, ya que no le hago coros a ninguna ideología ni creo personajes para cumplir con los requisitos de las cuotas de inclusión exigidas en estos tiempos

Hay escritores con los que he entablado amistad, que surge de la recíproca admiración por nuestras letras, pero también por el compromiso con el manejo de la palabra, de nuestra prosa y de los temas que abordamos entre ellos está: Rita Isabel Collazo y Hugo Rodríguez, que no son tan burdos e irreverentes como yo, de hecho ambos son muy elegantes en sus escritos, pero, tampoco se amarran a líneas de corrección política ni inclusiones forzadas para agradar a nadie y respetan el valor de la prosa correctamente escrita. He compartido espacios de trabajo con Emilio del Carril, a quien le tengo mucho respeto y afecto personal; espacios de diálogo con Sandra Santana, Rubis Camacho, José Borges. Y, aunque conozco el trabajo literario de otros escritores puertorriqueños, son esos mencionados los únicos que he conocido personalmente.

En estos momentos hay una gran producción literaria, sobre todo de auto publicación y publicaciones independientes. Mis publicaciones han sido independientes, pero si me comparo con lo que usualmente se publica, hay una marcada tendencia a la brevedad, a literatura confesional o de temáticas identitarias y raciales que comprometen la calidad de la literatura. Se sacrifica la buena narrativa por miedo a la cancelación, han liquidado la libertad creativa y han convertido la literatura en manuales didácticos de “virtue signaling”, como se llama en inglés a esa tendencia de querer caer bien para evitar la condena en los medios; aunque la consecuencia sea sacrificar la creatividad.  

Mi registro no es breve, ni confesional, y parte de la NATURALEZA HUMANA Y LA INCORRECCIÓN POLITICA, no le temo a crear personajes reales y contar historias veraces, como ya mencioné, sin cuotas y “virtue signaling” para complacer a ciertos grupos, so pena de ser cancelado o perseguido en las redes. Ese temor nunca lo he sentido y, el día que lo sienta será el momento de no escribir más. Para temerle a la cancelación, hay que querer y necesitar aceptación, y ese no es mi caso.

Respecto al núcleo generacional fuera de Puerto Rico, a veces pienso que mis contemporáneos son de ultratumba: Hunter Thompson, Oscar Wilde, Cortázar, Kafka, Saramago, García Márquez, Ruiz Zafón y tantos otros. De los vivos, con Xavier Velasco me gustaría sentarme a hablar un largo rato, sin grabadoras ni selfis.

5.1 WRS - ¿Cómo concibes la recepción a su trabajo creativo-investigativo dentro de Puerto Rico, y la de sus pares, bien sean escritores de novela u otro género?

5.2 JAZR – Esta pregunta es aún más compleja de responder, por las mismas razones de la anterior. Te daré datos en vez de mi percepción de cómo ha sido la recepción de mi trabajo. Mis primeros dos libros tuvieron muy buenas reseñas en el periódico de mayor circulación de la isla, El sonido de la ausencia ganó un premio en un concurso literario, del que prefiero reservarme el nombre. Mi blog es muy leído, sobre todo por personas fuera de Puerto Rico y fue bloqueado en Facebook, por todo lo que antes expliqué. Tiburón ha tenido buena acogida, a pesar de que en principio lo vendí por mi cuenta, a través de mis páginas de redes sociales y algunas presentaciones en vivo, tipo stand-up; nada de librerías. Aunque, ya está disponible en Amazon, y en las librerías locales.

6.1 WRS – Sé que vos es de Puerto Rico. ¿Se considera un autor puertorriqueño o no? O, más bien, un autor, sea este puertorriqueño o no. ¿Por qué? José Luis González se sentía ser un universitario mexicano. ¿Cómo se siente vos?

6.2 JAZR – No conocía esa anécdota de José Luis González… Me considero un autor puertorriqueño… aunque, para desarrollar personajes he imaginado ser: periodista, político corrupto, asesino en serie, hasta líder de un cartel de drogas mexicano, entre otros tantos. Para crear un personaje creíble, es necesario entrar en su cabeza, saber sus fuerzas y sus pecados; conocerlos casi o más de lo que se conoce a uno mismo.

7.1 WRS – ¿Cómo integra su identidad étnica y de género y su ideología política con o en su trabajo creativo-investigativo?

7.2 JAZR – Mi trabajo literario comenzó antes de la explosión mediática de las visiones identitarias que dominan el debate público en estos momentos. A medida que la hegemonía social con la cultura de cancelación, la ideología identitaria, el dominio de las redes sociales y demás contradicciones del movimiento “wokista” que se han impuesto, mi voz o mis letras reflejan, por contraste, la contracultura o la cultura de la calle, el diálogo del que trabaja día a día y se encuentra en una esquina, que habla de frente con cerveza en mano, dispuesto a enfrentar las consecuencias de sus palabras, sin corrección política.

8.1 WRS – ¿Cómo se integra su trabajo creativo-investigativo a su experiencia de vida? ¿Cómo integra esas experiencias de vida en su propio quehacer de escritor hoy?

8.2 JAZR – Trabajo para vivir, escribo para subsistir... o quizás al revés.

9.1 WRS – ¿Qué diferencia observas, al transcurrir del tiempo, con la recepción del público a su trabajo creativo-investigativo y a la temática de este? ¿Cómo ha variado?

9.2 JAZR – La recepción ha sido uniforme, aunque, después de la publicación de Tiburón, he visto como ha renacido el interés por los primeros libros. Mis letras son irreverentes y extensas, mis lectores son verdaderos amantes de la lectura o algunos amigos que me apoyan sin condición de las horas que tienen que invertir en mis trabajos. Sé que hay personas que evitan leerme, por lo extenso y crudo; otros me leen a escondidas para no buscarse problemas. En general recibo buenos elogios por mi prosa, algo que siempre llena de satisfacción.

10.1 WRS - ¿Qué otros proyectos creativos tienes recientes y pendientes?

10.2 JAZR – Aunque aún estoy en el proceso de difundir Tiburón, como menciono en su colofón, ya estoy sumergido en X (Equis). Además, comencé un nuevo proyecto para el canal de YouTube J.A. Zambrana, titulado Desde la esquina, un segmento de discusión y análisis de temas actuales (y no tanto), una ronda a la vez, como en cualquier esquina; cuando se acaba la ronda, se acaba la conversación. Discutimos las temáticas en dialecto pueblerino, con libertad de expresión y con lenguaje políticamente incorrecto.

Wilkins, antes de terminar, quiero agradecerte la entrevista, muy interesantes las preguntas, me pusiste a pensar y me sacaste de mi zona de comodidad, algo que no todo el mundo puede hacer. Te felicito por el trabajo que haces y solo me resta desearte mucho éxito y que se repita, para que me cuentes la historia de José Luis González.