¿Cuál es la actitud?

Caribe Imaginado

Los estudiantes de la pandemia ya ingresan a las instituciones de educación superior algunos con un nivel de interés en aprender a ser universitarios menor que años anteriores. Y separo la paja del grano. En María, nos envolvía el ferviente deseo de sacar lo mejor de nosotros adelante. Éramos la resiliencia, pero durante la pandemia fue otro el cantar.

Teníamos agua, luz, internet, juegos electrónicos, clases en línea, y de haber estado en la calle tomando el sol, ayudando en la casa, pasamos a la extrema seguridad de nuestras frías paredes donde muchos se refugiaron buscando la complacencia, lo que nos hiciera sentir felices al punto de reventarnos. Y, ¿qué hay de malo en ser feliz? El hedonismo popular es lo pernicioso, como dirían los sabios. Es lo que gira la balanza hacia la constancia obsesiva con lo que nos hace felices, en nuestro caso el uso de la tecnología; y, dicha felicidad tal vez no nos aleje de la empatía, el poder entender y sentirnos como el caído se siente; pero sí nos aleja de la experiencia de saber cómo levantarnos de la adversidades, porque este tipo de hedonismo suele responder con la huida del escenario difícil. Si tengo que repetir la clase varias veces, mejor me quito. Pero el mundo no es Disneylandia.

Llegar con este comportamiento y pretender obtener un papel que los identifique con una profesión que les dará buen dinero y que todas las clases sean tan buenas que no causen ningún tipo de angustia, es simplemente algo irreal. Ante la desdicha del enfrentamiento a lo que no da placer ni aumenta la dopamina, entiéndase los nuevos conocimientos, los jóvenes recurren a las inteligencias artificiales plagadas de errores y del mismo estilo de escritura clichosa que los maestros detectamos a simple vista. Mientras, ¿el ejercicio mental de resolver o explicar problemas será responsabilidad de las máquinas? ¿Las tareas difíciles se les darán a las máquinas? Y la inteligencia de algunos y su descendencia, ¿irá en disminución porque lo que no se usa, se malogra?

No debe ser nuestro caso el ceder ante las añagazas de los medios de comunicación. No debemos darnos por vencido. Creemos ambientes de participación humana, experimentos, trabajos colaborativos, videos, debates, competencias, traigamos talleristas y hagamos la clase más entretenida; pero y si la actitud del estudiante es la de no prestar atención, a pesar de todas las estrategias empleadas, porque la clase no le provoca placer ni le da dopamina, ¿cuál será el próximo paso?