(San Juan, 1:00 p.m.) El alcalde de Ponce, Luis Manuel Irizarry Pabón, no renuncia a su posición, pese a los problemas que hoy tiene con la justicia y con su propio partido, el Partido Popular Democrático (PPD). Su planteamiento no es distinto al de Donald Trump, quien corre para presidente de los EE.UU. con 94 cargos criminales en su contra, todos pendientes. Ahora bien, él sigue corriendo. De algún sitio sacó ideas Irizarry Pabón. Dicho, esto, ¿a alguien le importa que se quede o que se vaya?
Mientras a la mayoría vive sin interés sobre el destino del alcalde de Ponce, los post-obreros, la Alianza de empleados activos y jubilados de la UTIER ha convocado a una protesta indefinida, frente a la corte federal. La protesta será diaria, será de lunes a viernes, hasta que la Junta de Supervisión Fiscal cese en su plan de reestructurar y/o eliminar el Negociado de Energía, lo cual deja sin efecto los beneficios de los empleados y jubilados del a UTIER. Pues bien, esto nos importa. Y este grupo de obreros y obreras, está organizado.
En el país que la prensa comercial le dedica sus noticias al entretenimiento, de forma primordial, es importante un balance entre los obreros y obreras de la UTIER y el sin sentido pero con sentido reclamo del alcalde de Ponce. Lo que no es posible es pretender que al pueblo solo le preocupan los destinos políticos de un alcalde hoy acusado.
De esta forma, la lucha social se incrementa no por los actos heroicos de los alcaldes en desafecto. Se incremente por un pueblo que se tira a la calle por lo que cree. En esa medida, la protesta social sigue siendo una importante para el proyecto de país. Pensemos.