Me toca analizar desde la geopolítica el mensaje del 7 de marzo del corriente al Congreso del presidente Biden. No trastabilló ni dijo disparates notables. Mintió sin compasión como parte de un discurso de campaña escrito por los que no dan cara ni lo pueden hacer con tanta naturalidad como él. Bueno, ya estamos acostumbrados. Me voy a centrar sobre los aspectos que más llamaron la atención desde las relaciones internacionales. Sobre Ucrania, los rusos y Putin el presidente dice que no va a dejar de apoyar a Ucrania porque él no tiene duda que “Putin de Rusia” no se va a detener en Ucrania. Tres mentiras corridas. Si va a dejar de apoyar a Ucrania, en su momento, pero los necesita para hacerse otro chequecito billonario en año de campaña y anoche el republicano Johnson estaba haciendo gestos de aprobación, porque ya asegura la tajada bien lavada de los suyos con toda probabilidad. En la expresión Putin de Rusia, hay que entender que es un mensaje semiótico para separar a los rusos de su presidente cuando faltan 10 días para las elecciones presidenciales en Rusia. Por eso hace claro que es Putin(no Rusia) el que va a invadir a occidente. Pero los rusos recuerdan aquello que dijo de la estación de gasolina con misiles nucleares. La tercera mentira ya la deberían dejar de mencionar porque ni en Europa ni en Estados Unidos mismos se creen ese cuento de que los rusos van a invadir a Europa. Pero si es la OTAN la que cada vez más se acerca a Rusia después de prometer que no iba a moverse una pulgada. Ahora suman a Finlandia y Suecia como premios de consolación porque Ucrania ya está fuera, lo quieran o no. Escuché una verdad como un templo y es que la Unión Europea no parece estar consciente de cuánto poder económico pierde acompañando a Estados Unidos y a Inglaterra en esta aventura. Pero claro está, son sus líderes. Por ejemplo, ya Polonia, uno de los más vocales apoyando a Zelenski, ve como sus granjeros cierran la frontera con Ucrania en protesta por la compra de granos y la continua llegada de refugiados. Lo mismo pasa con República Checa que ellos hablan de apoyo incondicional y sus granjeros llenan de estiércol la avenida principal y la plaza como ya ha sucedido en otras capitales. En Francia, España, Holanda, Italia, Inglaterra, Bélgica, Alemania y pare usted de contar. ¿Pero si fuera tan seria esa amenaza porque dicen que no van a enviar tropas a Ucrania? En realidad, es algo ya fracasado. La misma Victoria Nuland que es la artífice de esta operación de acorralar a Rusia acaba de renunciar. La otra mentira, pero más grande aún, es la ayuda humanitaria a Gaza mediante un puerto para entrar con mayor cantidad de ayuda y con muchas tropas de asalto, los marines, expertos en estos menesteres. A nadie le quede duda que lo otro que se viene es una gran base militar estadounidense en Gaza. Los palestinos no los pueden dejar hacer nido porque se quedan y también los persiguen. De esa ayuda ni un grano. Los israelís los van a aceptar con las muelas de atrás porque ellos están derrotados ante el mundo entero y es una salida menos humillante. Pero esta operación de los gringos es otra trampa mediática. Por eso Kamala ofreció lo que ellos habían rechazado ya tantas veces, el cese al fuego. Es el gran gancho al hígado de Trump para estas elecciones. Los países del medio oriente ya conocen esta maroma de los siempre belicosos gringos. No habrá una reacción inmediata de muchos de estos países, pero no le darán la bienvenida. Los que ya están luchando no dejarán de hacerlo y necesitarán más apoyo. Se consolidará el bloque del sur global. Alguien le murmuraba al oído de los gringos que la relaciones públicas manejadas por las armas no le añaden más clientes y pierden buenos socios.
