(San Juan, 9:00 a.m.) Tengo la impresión de que en las próximas elecciones la consigna, de todos los partidos políticos, y digo y me reitero de todos, es no cuestionar las bases filosóficas del neoliberalismo. Es decir, la fase actual de los procesos de acumulación del capital, bajo el modo de producción capitalista. Si usted entiende hasta aquí, y en arroz y habichuelas, se trata de hacer chavos de toda transacción social y humana.
Por lo tanto, tendríamos que proponer una agenda no neoliberal. Como mínimo esta tendría que plantear un cambio de dirección o eliminación de múltiples iniciativas que se han tomado en Puerto Rico desde la segunda década del Siglo XXI, es decir desde el 2010.
Entre otras:
- Eliminar la Junta de Supervisión Fiscal – nos ha llevado a la pobreza
- Eliminar el DMO, distrito de mercado meta turístico – es el principal promovente del desplazamiento hoy de boricuas y sustitución de población por gente de los EE.UU. u otros países.
- Detener la privatización de los servicios esenciales, incluyendo la energía, el transporte y la salud.
- Detener, fiscalizar o eliminar, la “uberización” de la sociedad puertorriqueña a manos de capitales digitales remotos, que nos siguen desplazando.
- Eliminar la Ley 20, 22 de 2012, y la Ley 60 de 2020 (en la incorporación de las leyes anteriores) – reglamentar y limitar a los inversionistas de especulación financiera o inmobiliaria y no vinculados al capital productivo de manufactura o servicios.
La lista puede ser más extensa, pero si no comenzamos a cuestionar el neoliberalismo, Puerto Rico se convertirá en un ventorrillo de comida rápida, sin empleados y empleadas boricuas. Todos estarán automatizados y evaluados desde algún sitio en Silicon Valley, EE.UU. Pensemos.
Una agenda anti-neoliberal para Puerto Rico 2024 [¿quién se suma?]
