El delegado de República Dominicana ante la UNESCO condena el genocidio israelí contra el pueblo palestino

Justicia Social

(San Juan, 10:00 a.m.) El delegado permanente de la República Dominicana ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Andrés L. Mateo, llamó a la paz respaldando la postura del país contra el terrorismo y el genocidio del gobierno de Israel contra el pueblo palestino.

Sus declaraciones fueron dadas al pronunciar un discurso durante la 219 sesión del Consejo Ejecutivo de ese organismo multilateral, donde el país participa en calidad de Estado miembro.

El embajador Mateo, quien fue citado por los medios nacionales, recordó que, “la Guerra de Rusia y Ucrania, nos encontramos con la situación de la Franja de Gaza, cuyo espectáculo de exterminio deja despavoridos a cuantos hemos abrazado el concepto de la humanidad como una sublime conquista del conglomerado social”.

“Además de que condenamos el terrorismo, nos sobrecoge la indefensión y la muerte de un pueblo acorralado y masacrado sin piedad”, dijo

Mateo se refirió al siglo XX como “un período de amarguras extremas, de reordenamiento del mundo, de dos grandes guerras mundiales, desplegadas fundamentalmente en territorio europeo y de una concentración polarizada de la riqueza y el saber”.

Indicó que se trata de un siglo de revoluciones como la rusa y como la china, “de guerras de liberación nacional en África y Asia, de guerras de guerrillas en América, de conversión y ampliación del papel de la ciencia en las estrategias del desarrollo y en la construcción de armas de exterminio y en las mejoras de las condiciones de existencia material”.

El diplomático hizo un reencuentro de las intervenciones desde el año 2020 del país como Estado miembro del órgano de esa casa de las Naciones Unidas, integrado por 58 naciones, las que resumió como una descripción en el cual, “avistamos el papel histórico de la Unesco”.

El reconocido escritor y ganador del Premio Nacional de Literatura 2004,  valoró que “fue un siglo de combate ideológico, de filosofías escudriñadoras, de la gratuidad de la existencia y de incertidumbres sobre el destino”.

Sostuvo que, la referida reunión  “se realiza en medio de un empobrecimiento acelerado de la inteligencia natural y un control inexorable del mundo por los algoritmos”.

“Hablamos ya casi en un lenguaje binario, él no me gusta, el me gusta, o ‘el like’, como a la gran construcción cognitiva del intelecto del mundo posmoderno”, observó.

El delegado dominicano explicó que la Unesco tiene un papel “umbilicalmente unido al progreso y a la paz”, particularmente en las condiciones actuales, cuyo contexto se siente como la necesidad de un nuevo contrato social para la sobrevivencia del género humano.

“Es la institución central del Sistema Mundial directamente concernida en los cambios que sacuden el universo terrenal”, puntualizó.

Finalmente, considera que el estudio de la esa entidad arrojó como resultado que los estudiantes dominicanos siguen por debajo del promedio de la región, debe ser visto como insumo para promover políticas y acciones a favor del fortalecimiento del sistema educativo, del bienestar, y los aprendizajes de todos los estudiantes.

Entiende que “no se puede olvidar que el informe es un análisis curricular de lo que en cada país estudiado se enseña en los niveles de tercer y sexto grado. Se desglosa en las competencias de lenguaje, matemática y ciencia. Y son los marcos curriculares los que se analizan, arrojándose contra las competencias comprobadas de los estudiantes en la investigación”.

Manifestó que son mediciones contextualizadas, comprensivas, y en última instancia, son lo que se espera que aprendan los escolares y sus déficits corresponden a la totalidad de la historia del sistema educativo de cada uno de los países estudiados.

También, resaltó que el informe no condena ni estimula competencia entre países, pese a que ofrece información comparativa con las demás naciones participantes y permite explorar nuevos dominios, porque pone la información al servicio de las complejidades del actual contexto e indaga sobre lo que cada país y la región esperan que aprendan sus niños y niñas.

“En el estudio se analizan tres dimensiones del sistema educativo; la disciplinar, la pedagógica, y la evaluativa. Los resultados del análisis de estas tres dimensiones se interpretan a la luz de los logros de aprendizajes”, agregó.