(San Juan, 9:00 a.m.) En algo se me parece Pedro Pierluisi, el incumbente y precandidato a gobernadora por el Partido Nuevo Progresista, PNP) a Luis Muñoz Marín en la década de 1940. Hoy, como ayer, nos intentan comprar el voto con regalos. Usted decide si vota por él, pero sin control, él y la maquinaria del PNP intentan hoy comprar el voto de los indecisos, liberales pragmáticos, y sobre todo, la gente que pulula entre partidos cada cuatro años.
Uno se pregunta, cuantas cosas gratis nos ofrece hoy el gobernadora. Por un lado, los sistemas de transporte urbano, todos son gratis hoy. Por otro lado, nos reintegra de forma expedita los reintegros. De otra parte, finalmente llegaron los fondos de FEMA, y ahora hay mucha obra, sobre todo de construcción. En fin, que Maripily aún no ha sido descalificada del programa de famosos en el cual participa.
Es curioso, esto lo levantó la otra precandidate, Jennifer Gonzalez, que Pierluisi se había olvidado del eterno plebiscito de noviembre del 2024. Parecería un olvido inofensivo, pero posiblemente haya un cálculo político de no celebrarlo para no polarizar las elecciones. A este nivel hoy, la campana que promueve la maquinaria del PNP detrás de Pedro Pierluisi da la impresión de que el es un buen candidato.
En estas elecciones se ganará el voto de los electores por una “nariz”. Cada partido y sus candidatos, deben de hacer lo imposible por conseguir que los miembros de sus colectividades voten por su candidato, y amarrarlo con el voto indeciso, que en Puerto Rico ronda entre un 10 a un 15 por ciento. Ahora más que nunca, es momento de no darle el voto a Pedro Pierluisi. Pensemos.