Un país sin luz [la normalización del déficit de calidad de vida en Puerto Rico]

Política

(San Juan, 1:00 p.m.)  Un día no hubo luz, y lo permitimos. Pero cuando hemos vivido un cuatrienio sin luz eléctrica de forma consistente y segura, lo hemos normalizado. Es normal, aceptable y tolerable, no tener luz eléctrica en Puerto Rico.  Hoy, desde las comunidades afluentes hasta las no privilegiadas, así como el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, no tienen luz eléctrica.  Vivimos con esa.

Entre el Partido Nuevo Progresista y los privatizadores del servicio eléctrico, tanto Genera PR (productora) como LUMA (distribuidora) han garantizado que es normal vivir en la oscuridad. Lo mejor es que nosotros protestamos mucho, pero poco hemos ido cediendo y ya no protestamos.  Todos los días vivimos con el anuncio de que no hay servicio eléctrico, y con esa nos dormimos.

Por lo que, el efecto neto de la ausencia de un sistema electrónico creíble, es la pérdida de calidad de vida.  Una de las razones para irse del país, es garantizar una calidad de vida que progresivamente no se tiene en Puerto Rico. 

En fin, que el modelo colonial y la aspiración de integración estadista del país, nos ha dejado con un país no solo en bancarrota, sino un país con muy pobres servicios. Ya sea por la corrupción o por la Junta de Supervisión Fiscal, el país es inservible.  Ante esto, la solución, única, tendría que ser construir un país que nos guste.  Eso, a partir de la independencia y soberanía nacional. Pensemos.