Me sorprende pero el gobierno saliente el pasado 17 de agosto de Leonel Fernández, del Partido Liberación Dominicana, en apariencia había dejado a la República Dominicana, organizada en forma y en fondos económicos. No ha hecho más que llegar a la presidencia de la república el gobierno de Danilo Medina, quien es del mismo partido que el saliente presidente, que éste ha declarado un estado de emergencia económica, bajo la premisa que la crisis económica es profunda. Me confundo: ¿O estábamos bien o estamos mal?
La situación económica de la República Dominicana no es un asunto a tratar de forma ligera. En particular, porque ante los ¨resfriados¨ que dicho país pueda sufrir a nivel interno, se afecta de forma inmediata todo su entorno. Esto va desde Haití, que le suple mano de obra barata a dominicana, hasta Puerto Rico a donde migran consistentemente las poblaciones excedentes en dominicana, que terminan en muchos casos migrando a Puerto Rico Mejora la República Dominicana, y mejora toda la región – esto sin hablar del efecto que las poblaciones migrantes tiene para otras islas del Caribe como San Thomas, San Martin, entre otras, que tienen un fuerte componente de migración dominicana.
Ante una crisis que lleva varios meses, y la cual ha producido cerca de cinco muertos en confrontamientos entre la población civil y las fuerzas del estado, hoy, como si fuera poco, el parlamento dominicano acaba de aprobar una Ley de Amnistía Fiscal. Esta ley intenta llevar de forma uniforme, un proceso de tributación a toda la población, y por otro lado conceder amnistía a quienes estén cobijado por la ley para hacerlo. La pregunta es si con los millones que piensan recaudar, podrá el gobierno dominicano honrar sus deberes y obligaciones, entre otros, el pago de las pensiones de los jubilados.
No deseamos pensar que el crecimiento sin paralelo de la economía dominicana, basado en un modelo neoliberal agresivo, ha llegado a un final. Final que ya reflejo un crecimiento económico menor de lo esperado, y sobre todo una situación que ha llevado al estado a crear múltiples mecanismos para levantar fondos económicos.
A lo mejor es momento para que el pueblo dominicano plantee otro tipo de democracia que le permita fiscalizar mejor a sus gobernantes y los presupuestos que estos imponen.