Más hambre y más riqueza en América Latina y el Caribe

Economia Solidaria

Es curioso, pero los indicadores de crecimiento, en promedio, para América Latina y el Caribe, rondan por un 6% de para los productos nacionales brutos. Es decir, alguna riqueza se está desarrollando en esta región del planeta. Por otro lado, los índices de consumo de alimentos, a pesar de toda la riqueza que se acumula, no son satisfactorios, para muchos países. Esta conclusión corresponde al informe de progreso que la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentos, destacó en un reciente informe. En otras palabras, tener más dinero, a nivel nacional, no quiere decir que el mismos se distribuye mejor.

En su informe Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional en América Latina del 2012, la FAO, señaló que la consecuencia de la desigualdad económica nos lleva a tener países más desiguales con múltiples problemas sociales. En este continente, y en nuestra región, el país con mayor desigualdad lo es Haití. La prevalencia de disparidad entre la riqueza y el consumo de alimentos de un 44.5 por ciento. Curiosamente, entre los países que han logrado erradicar desigualdad alimentaria, en cuanto a su relación con la riqueza, se encuentra también en la región del Caribe, la isla de Cuba. Desde esta mirada, en la región mantenemos una relación entre pobreza y bienestar en cuanto a este tema se refiere.

En un continente donde aún uno de cada 10 personas viven bajo los índices de pobreza, mucho se ha hecho para erradicar el hambre. Aunque por diversas razones aún no se ha podido resolver que toda persona pueda consumir los alimentos necesarios para su sana convivencia. Entre los factores que afectan hoy que la hambruna siga siendo un problema, se encuentran lo siguientes factores: falta de políticas efectivas por parte de los estados, los problemas asociados a la producción de biocombustibles, y el cambio climático.

Dicho lo anterior, habrá que ponerle atención a como resolver los problemas en Haití, examinando si Cuba es un modelo a seguir que nos permita compartir los indicadores básicos del bienestar social: una sana alimentación.