Por todo el Caribe, el problema de la criminalidad se siente como un asunto de gran importancia a ser resuelto. Tan es así el caso, que los políticos locales, se desviven por criticar la alta incidencia criminal, alegando que la misma está determinada por la cercanía con el vecino del norte: los EE.UU. Lo cierto es que narcotráfico, trasiego de armas y violencia, son tres asuntos intrínsecamente relacionados en esta región del mundo, y la razón por la cual hay tanta conflictividad. Según se alega esto se debe a que en la macro-economía el consumo desde el norte es muy exigente elevando los niveles de conflictividad en el Caribe.
Recientemente en las Bahamas, la subsecretaria para asuntos hemisféricos del Departamento de Estado del gobierno de los EE.UU, visitó dicho país para fortalecer los lazos en el área de seguridad. Lilliana Ayalde se reunió con el primer ministro de las Bahamas, Perry Christie, para discutir como mejorar los controles policiacos de los distintos trasiegos. Una suma de más de $2 millones de EE.UU, fueron entregados al gobierno de Bahamas para la lucha contra el narcotráfico. Esta noticia es, sin lugar a dudas, pues nadie se puede oponer a dicho tipo de ayuda internacional. La misma se ve como un incentivo de naturaleza económico, el cual puede asistir a mejorar la calidad de vida de las Bahamas.
El problema con la ayuda internacional como mecanismo para control de la criminalidad, lo cual es un asunto doméstico, es que fomenta otro tipo de dependencia. Se trata de otro tipo de colonialismo, el cual no erradica los problemas de la desigualdad. A su vez, este tipo de ayuda no transforma las relaciones causales, si alguna, que motivan las conductas ilegales.
Este parece ser el argumento del comisionado de la policía de la isla de Santa Lucía, Vernon François. Este a su regreso de una conferencia de jefes de policía en la ciudad de Miami, EE.UU, apuntó al trasiego libre de las armas en los EE.UU como la principal razón de la alta incidencia de violencia y criminalidad (asesinatos) en el Caribe. Para este jefe de la policía, lo importante es controlar el trasiego legal que se genera dentro de los EE.UU.
En fin, que unos viven del crimen y otros critican la criminalidad. Mientras, las islas siguen en su misma posición, como lo hace la tierra firme – nada se mueve, nada cambia.