Migraciones y luchas en la historia de Vieques

Historia

Simposio Caribeño de Genealogía e Historia "Migraciones en el Caribe".

Sociedad Puertorriqueña de Genealogía

Centro de Estudios Avanzados de PR y el Caribe.

Introducción

Presentaremos hoy algunos aspectos fundamentales de los procesos migratorios viequenses en el contexto de las luchas socio-políticas que han forjado esta comunidad puertorriqueña. Ofreceremos algunos apuntes sobre los indígenas arcaicos que llegaron hace 4 mil años; grupos agro-alfareros con nexos culturales a los Andes que vivieron en La Hueca, Vieques, hace 2 mil años; taínos de sangre araucana, cuyos últimos caciques, Cacimar y Yaureibo, defendieron a Vieques ante la conquista española hace más de quinientos años; pobladores puertorriqueños de la Isla Grande que comenzaron a crear una comunidad viequense - junto a cimarrones y súbditos ingleses y daneses de las islas vírgenes – a finales del siglo XVIII y principios del XIX; hacendados franceses de Guadalupe y Martinica y cientos de esclavos africanos que trajeron a Vieques en la segunda mitad del siglo XIX.

En la pasada centuria, el movimiento cambió dirección y miles de personas salieron de Vieques ‘huyendo de la espantosa miseria’ que surgió con el cierre de las centrales azucareras en la década de 1920, la Gran Depresión de los años treinta y las expropiaciones militares entre 1940 y 50.

Y en décadas recientes, una dinámica de especulación y desplazamiento, amenaza con diezmar la población viequense – como hicieron las fuerzas españolas en 1514 contra los taínos de Bieké – y sustituirla con estadounidenses y otros con el fin de servir a los nuevos “conquistadores” que controlan la economía pos militar de esta isla municipio.

Hace falta un análisis más profundo y científico del surgimiento de y los cambios históricos en la población viequense. Nuestro Archivo Histórico de Vieques contiene una amplia documentación para aportar a ese estudio. Solo falta el recurso humano con el interés en el tema.

Por ahora, ofrecemos aquí nuestros pensares y sentires, basados en tres décadas de trabajo y vida viequense y la oportunidad privilegiada de trabajar con la documentación histórica primaria y secundaria y con los protagonistas de muchos de los momentos claves en el pasado viequero de finales del siglo XIX, del pasado siglo y de este nuevo que habitamos.

Vale la pena citar de la tesis doctoral de la antropóloga viequense y profesora de la Universidad de Nueva York, Marie Cruz Soto:

“This is a history of displacement and militarized imperialism, and an examination of the power of historical narrations in the struggle of colonized peoples to claim a place of their own.

Cruz Soto toma la siguiente cita de Stuart Hall: “…the Caribbean is a diasporic space historically constructed through violent ruptures, constant movement and interchange.

Y añade la académica viequense: “The Caribbean…is a non-continuous space of violence, displacements and mélange where surviving is many times an act of defiance.”

Y sugerimos nosotros que la migración forma parte crucial de esa violencia y, a la misma vez, ese acto de resistencia, palabra que muy bien describe los cinco siglos de historia viequense que comenzamos a conocer.

Migraciones tempranas

El trabajo de casi cuarenta años en Vieques de Luis Chanlatte e Yvonne Narganes, del Centro de Investigaciones Arqueológicas de la Universidad de Puerto Rico, Río Piedras, nos ayuda a conocer algo de los primeros movimientos poblacionales en esta parte del archipiélago puertorriqueño. Otros científicos boricuas – Miguel Rodríguez, Virginia Rivera, Diana López Sotomayor, et al – han documentado la presencia milenaria indígena en Vieques. Y seguramente, como en tiempos más recientes, arcaicos, huecoides, igneris y taínos formaron parte de procesos migratorios movidos por las fuerzas económicas y políticas de sus respectivos contextos históricos.

Según los cronistas españoles que describieron los eventos de la conquista de Borikén, los taínos viequenses, bajo la dirección de Cacimar y Yaureibo, atacaron las posiciones españolas en Piñones en 1514. En el Canto Sexto de la Elegía a la muerte de Juan Ponce de León, poema épico del siglo XVII de Juan de Castellanos, se narra la dramática defensa taína de Vieques y la migración forzosa – esclavitud – impuesta por los militares españoles luego de derrotar a Yaureibo y los guerreros de Bieké.

El gobierno español en Puerto Rico ignoró a Vieques por varios siglos, permitiendo así la llegada de cimarrones de la Isla Grande y de las cercanas islas de barlovento. También aprovecharon esa situación un gran número de súbditos británicos y daneses de St. Thomas, St. Croix, St. Kitts/Nevis, Tórtola, Anguilla, Virgen Gorda, entre otras. Estos establecieron campamentos temporeros de pesca y para el corte y venta de madera de los bosques viequenses.

La documentación relacionada con la expulsión de los ‘ingleses’ de Vieques en 1718 – con la participación protagónica del corsario puertorriqueño, Miguel Henríquez – describe un proceso de colonización británica que contó con cientos de personas y por lo menos 72 esclavos, la construcción de un fuerte y el nombramiento de un Gobernador inglés de Vieques.

Siglo XIX: migraciones y luchas en los cañaverales

Es en el siglo diez y nueve que llegan grandes números de pobladores a Vieques de la Isla Grande de Puerto Rico, hacendados franceses de Guadalupe y Martinica que traen a cientos de esclavos africanos. También en ese periodo, emigran a Vieques cientos de “peones extranjeros”, obreros de las vecinas islas de habla inglesa, donde se termina la esclavitud en la década de 1840, posibilitando la salida de los ex siervos hacia Vieques para integrarse a una economía azucarera en pleno desarrollo. Este importante elemento de la clase obrera vive y trabaja en Vieques bajo un Reglamento Especial promulgado en 1872 específicamente para este sector.

Son los esclavos y estos peones, conocidos en la historiografía viequense como, ‘tortoleños’, protagonistas de varias incidencias de lucha y resistencia ante las condiciones infrahumanas que sufría la clase trabajadora decimonónica.

La naturaleza multicultural de la clase obrera de Vieques en el siglo XIX, evidencia de la migración a la isla de personas de las distintas islas del caribe, se manifiesta claramente en un incidente en la Hacienda Río Urbano de Vieques en marzo de 1873. La dueña francesa, madame Eugenia Boursier, esposa de don Marcelino Rivera, salió en defensa de sus peones cuando la patrulla montada entró a la propiedad e intentó arrestar a unos obreros que jugaban naipes en las barracas. La madame terminó arrestada junto a varios peones y en los procesos judiciales se tuvieron que contratar los servicios de traductores porque los acusados hablaban francés, inglés y español, según su procedencia.

Siglo XX: centrales, huelgas y expropiaciones militares

El pasado siglo vio el levantamiento y el cierre de una industria azucarera multimillonaria. Cuatro centrales molían cientos de toneladas de caña al año. Ferrocarriles movían caña, equipos y obreros alrededor de las centrales Esperanza y Playa Grande. Familias adineradas construían suntuosas residencias en Vieques y en San Juan, mientras los obreros en las fábricas y los trabjadores en los campos y muelles resistían el embate del capitalismo viequense de principios del siglo XX.

Una comisión congresional en Puerto Rico para estudiar las condiciones laborales en la Isla, publicó sus hallazgos en 1916. El informe señala que los obreros agrícolas viequenses participaron, per cápita, de manera sobresaliente en esa huelga y, en Vieques, se llevaron a cabo algunos de los eventos más violentos de ese proceso. Varios muertes y heridos entre policías y obreros, decenas encarcelados en el Fortín de Vieques y procesos judiciales continuaron durante meses.

Los trabajadores viequenses de ese periodo heredaron una mentalidad colectiva de resistencia a la opresión que se manifestó entre esclavos, jornaleros y obreros ‘tortoleños’ durante el siglo anterior.

Ya para finales de la década de 1920, tres de las 4 centrales habían cerrado operaciones, causando una grave crisis de desempleo y, por ende, un nuevo proceso de migraciones, esta vez desde Vieques hacia Puerto Rico y las Islas Vírgenes.

Un artículo del periódico El Mundo de 1939 narra como “…miles de viequenses se habían emigrado a la cercana isla de Santa Cruz, huyéndose de una espantosa pobreza…”

Entre 1941 y 1950, la Marina de Guerra se apodera de 2/3 del territorio viequense, aproximadamente 72% de las 33mil cuerdas de la isla. Por un par de años, la construcción de las facilidades militares ofreció empleo a la población. Sin embargo, en 1943 los obreros toman la calle en demanda por trabajo luego de terminadas las construcciones de la base. Miles más emigran durante ese y las próximas décadas hacia St. Croix, Puerto Rico y Estados Unidos.

La segunda mitad del siglo XX es testigo a un proceso consistente de violencia militar en Vieques, particularmente dirigida hacia la mujer. Motines entre civiles y soldados, incidentes violentos relacionados con el consumo de alcohol y la prostitución, constantes ataques de militares contra los hogares en busca de ‘margaritas’, caracterizaron el periodo. La muerte de Mapepe Christian en abril de 1953, a manos de una docena de militares borrachos, es el mejor documentado de los casos de violencia militar de esos años. Mapepe, de 72 años y dueño de una pequeña cantina en el barrio Destino, murió de golpes recibidos de los marinos cuando el comerciante intentó parar la agresividad de los ‘americanos’ y salvar la vida de una prostituta que trabajaba en el negocio.

El cuadro desesperante de violencia y pobreza que motivó el éxodo de cientos de viequenses durante los años de mayor actividad bélica, se capta dramáticamente en las dos novelas puertorriqueñas, USMAIL (Pedro Juan Soto) 20 siglos después del homicidio, del escritor viequense, Dr. Carmelo Rodríguez Torres.

Inestabilidad en los años 60’ ante planes de la Marina para la abolición del municipio (Plan Drácula) y luego, el intento de expropiar la costa sur (1964) con el fin de unir sus facilidades en el este y oeste, también contribuyó a la decisión de la gente de emigrar a la Isla Grande u otros lugares en busca de trabajo y mejores condiciones de vida.

Durante la lucha más reciente por la justicia y la paz de Vieques, entre 1999 y 2003, se trabajó paralelamente con la protesta, una propuesta de desarrollo socio-económico para un Vieques libre de la Marina. El tema de la migración forzosa que resulta de los procesos de especulación y ‘gentrification’, fue tema importante en las conversaciones comunitarias con el Grupo Profesional y Técnico para el Desarrollo Sustentable de Vieques. Insistíamos que no queríamos ver en Vieques ni la ‘culebranización’ ni la ‘cruzanización’, en referencia a las dos poblaciones que se han visto obligados a emigrar de sus islas debido a las fuerzas del mercado y por falta de una planificación estratégica relacionada.

Y, desafortunadamente, somos ahora testigos a procesos migratorios temporeros y más estables de extranjeros, mayormente de Estados Unidos, que llegan a Vieques para aprovechar la geografía benigna y las posibilidades de inversión en la creciente economía turística de la isla. Cada vez más en Vieques los dueños de las cosas parecen más a mi que a la mayoría de ustedes. Son pocos los proyectos que han surgido para promover una economía genuinamente viequense o, por lo menos, aplacar un poco el proceso de desplazamiento.

La Incubadora Micrempresa Biekes, oficina creada para darle continuidad a la lucha del Comité Pro Rescate y Desarrollo de Vieques a favor del control local de la economía se creó como iniciativa de la compañera Nilda Medina (CPRDV). A pesar de la falta de apoyo gubernamental a la Incubadora, el proyecto ha logrado traer en estos tres años alrededor de 250 mil dólares para unos treinta microempresarios viequenses en una diversidad de áreas de servicio.

La migración de estadounidenses a Vieques – aunque sea por unas semanas del año – tiene enormes implicaciones para la vida económica, social y cultural. Una ola de especulación con las propiedades en los años inmediatamente después del cese del bombardeo en 2003, resultó en una presión para muchos viequenses a vender y los ‘realtors’ aumentaron artificialmente los valores a tal grado que la familia promedio tiene grandes dificultades hasta para alquilar un apartamento en su propia tierra. La llegada de estadounidenses desplaza a los viequenses en sectores de la economía tanto en el turismo como en mucho trabajos manuales: carpinteros, electricistas, plomeros, mecánicos, ‘paisajistas’ (corta pastos)/jardineros.

Marie Cruz Soto: “At the turn of the 21st century, moreover, the Caribbean has been transformed into a space for global leisure tourism. The process facilitates a two-ways migratory pattern characterized by the emigration of local communities forged through centuries of colonialism to their imperial metropolises and the immigration of European and U.S. citizens seeking to discover the Caribbean

Así que, las migraciones en la historia de Vieques han tenido implicaciones positivas y devastadoras, según la perspectiva del analista o la situación del migrante. Nos parece que la situación actual de Vieques tiene los ingredientes para que el capital extranjero logre lo que la Marina quiso hacer en varios momentos – desaparecer la comunidad viequense.