“En (el) imperio de (los) sentidos”, la poesía en ritmo de pasión, una antología (in)completa

Crítica literaria
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altConversaciones con Daniel Torres y su poesía.

Con el amor como centro se describen los espacios del deseo que recorren treinta años de poesía “(in)completa”, de Daniel Torres, autor imprescindible de nuestras letras caribeñas. Inteligentes y transgresores  son estos poemas cargados del deleite de los sentidos, del amor en cuerpo de poeta, de los amantes,  los ex, las nostalgias y el sexo. Cual maestro, mago, o emperador,  sus versos invaden nuestro corazón de ternuras y bellaqueras para transportarnos a “ese pubis del universo” de las sensaciones, de la palabra, del semen. Están convocados a este banquete apalabrado de exquisitamente homoerótico: “Es el tiempo de bebernos el Grial /EL será conquistador de mis ínsulas/Caballero del semen/…/ Somos dos hombres (en el 80 de madera /que permite y anula las armas) /con una espada entre los dos”.

Comenta el escritor David Caleb Acevedo: “Daniel Torres nos ha llevado, a través de su obra, a los confines de la sexualidad queer humana, y las implicaciones de dicha sexualidad en nuestra sociedad contemporánea. Heredero puertorriqueño de Manuel Puig, Daniel Torres refina la técnica del primero en su búsqueda de personajes-margen (no personajes marginados, sino aquéllos que, conscientes del margen, lo asumen voluntariamente como arma de respuesta contestataria), de historias-margen y de políticas-margen, para entregarnos un nuevo post-modernismo: el queer post-9/11.”

En (el) imperio de (los) sentidos: [Poesía (In)completa 1981-2011] recién publicado por Isla Negra editores es una necesaria publicación antológica de la poesía de nuestro distinguido escritor, literario y catedrático universitario Daniel Torres. Así nos comenta (a modo de prólogo) el poeta cagüense: “Recopilar la poesía escrita a lo largo de treinta años (1981-2011) no es nada fácil.  Se trata de buscar en la memoria misma hasta dar con todos esos poemas llenos de polvo y olvido que nunca se publicaron, y volver sobre ellos con ojos nuevos a la distancia de mucho tiempo.” DT

“OTRA ARTE HOMOERÓTICA

 

Erotizarse

deshacerse

en movimientos sobre el filo de la luna

el falo del sueño

o toda la vaselina o lubricante

del líquido                 las cremas

(que ya no da igual)

al meterse entre los puntos

en cualquier parte

en medio de los salones

y las visitas por ejemplo

hasta la otra esquina

donde aún espera Oscar Wilde

y Sor Juana muere de amor

por una condesa

mientras Mann

interpreta su Muerte en Venecia

 

No

 

no habrá lugar desde entonces

(y menos para ti)

por entre las cortinas o las alfombras

encima

por detrás

o delante.”  DT

 

Este poeta, ensayista y narrador es un maestro del homoerotismo caribeño; genuino, auténtico, del escándalo en su justa perspectiva, alejado de los clisés, más cercano al calor humano con el toque magistral de su dominio del lenguaje. Su poesía es valiente y vital, tiene cuerpo apalabrado como cuerpo ardiente de placeres y nostalgias reflejados en versos cargados de belleza.

Sobre En (el) imperio de (los) sentidos comenta el poeta y editor Ángel Antonio Ruiz Laboy  “apunta tanto al cuerpo político, el cuerpo discursivo, ese cuerpo que a través de su imperiosidad natural dicta la narración de sus placeres. Entonces ambos cuerpos convergen en uno solo, y esa es la gran propuesta que ha venido trabajando Daniel Torres, una poética del deseo maricón.

Ana María Fuster: ¿Cómo surgió la idea de recopilar tus etapas versantes y poemarios?

Daniel Torres: “La idea surge de dos reconocimientos importantes que me hicieron el PEN Club de Puerto Rico y la Academy of American Poets.  Entre el Premio Nacional de Poesía 2009 y el Certificado de Reconocimiento por mi trayectoria como poeta está el anhelo de compartir con los lectores mi poesía (in)completa porque todavía me queda mucho por decir.  Pero el ángel de nuestro editor, Carlos Roberto Gómez Beras, de la Editorial Isla Negra, creyó en esta locura de una poesía (in)completa.  También Ángel Antonio Ruiz Laboy (quien escribió el prólogo y un comentario de contraportada) así como tú, Ana María (que escribiste otro comentario de contraportada).  Los tres se unieron a esta idea descabellada de hacer un junte de toda mi poesía, aunque en realidad no es toda porque se quedaron muchos hijos (poemas) en el tintero esperando guardados en las gavetas literales de los manuscritos o los documentos agazapados en el disco duro de Antonia, mi MacBook y Karla Uldárica, la iMac de la oficina.  Había yo terminado el proyecto “Dulce canoro cisne mexicano”: La poesía completa de Don Carlos de Sigüenza y Góngora, que se publicó en Barcelona el año pasado, y quise extender todo lo que aprendí a mi propia poesía.  Fue trabajar con un autor del barroco americano y mirarte en el espejo de la tradición para aprender de ella, eso es también En (el) imperio de (los) sentidos, título que tiene dos lecturas: En imperio de sentidos y En el imperio de los sentidos.  Incluyes o quitas los paréntesis a discreción.  Así participa también el lector en el acto de titular o nombrar el poemario.

AFM: ¿Cuál(es) es tu poemario(s) más amado? Ese que guardas un cariño especial.

DT: “Indiscutiblemente es Fusilado dios por todo lo que representó en su momento y porque escribiéndolo tuve que elaborar otra fe más allá de la heredada, la que no me permitía conjugar mi sexualidad con mi religiosidad.  Pese a que lees pasajes como los de David y Jonatán en la Biblia o entre Ruth y Nohemí, y te das cuenta que el amor entre parejas del mismo sexo es tan antiguo como nuestra civilización aunque el valor de cambio de una época a otra evolucione.  Con Fusilado dios aprendí a leer poesía también.  Lo escribí en los años 80 mientras estudiaba en la Universidad de Puerto Rico, en nuestro amado Recinto de Río Piedras, en la IUPI que es como la conocemos.  En esos pasillos de Humanidades se gestaron estos versos, entre el taller de María Arrillaga y el de Betty Berrocal de Iranzo, dos grandes maestras de poesía.”

VIII

 

estoy enseñando a dios a orar

a que hable claro

hace cuatro días lo tengo a raya

aguardando que sea él

quien se decida

en las calles mojadas

de madrugada

en los cielos quebrados

de arena larga

ha intentado decir algo

empecemos el quinto

a ver si se decide”

 

(de Fusilado dios, Daniel  Torres)


AMF: La sensualidad/sexualidad y el ritmo van de la mano en tus poemas ¿Cómo logras esa fusión de ambas técnicas en tu poesía?

DT: “Lo sensual y lo sexual tienen su propio ritmo en el amor o en el puro sexo.  Escribir sobre la bellaquera o sobre el deseo o sobre el placer es entrar, es meterse en la música particular del Amor, penetrar su gramática más profunda.  Y el lenguaje es su mejor aliado.  Entre frases de amor cuando hacemos el amor, o entre silencios largos de orgasmos múltiples (o escandalosos) se concibe la mejor poesía del ser humano.  Transmitir todo eso en el papel siempre ha sido peligroso porque a los autores de corte erótico no nos considera la crítica muchas veces como autores “serios”.  Nos piden que nos callemos, que no hablemos así, para parafrasear a la preclara Nemir Matos Cintrón en su cuaderno poético Las mujeres no hablan así, que leí de joven y dejó una profunda huella en mí.  Yo quería escribir así.”

AMF: Descríbenos tu desarrollo como poeta: ese primer Daniel que se inició en el oficio de poeta hasta llegar al actual, in media res, de lo escrito; de lo mucho que falta por escribir y compartir con nosotros, tus lectores.

DT: “Danielito Carrasquillo Cotto, mi nombre de pila con el que nací, antes de mi adopción legal en Daniel Torres Rodríguez a los doce años, era un niño inquieto.  De esos que andaba con un papel y un lápiz y un libro para arriba y para abajo.  Desde 1975 puedo decir que comencé a escribir aquellos poemas a la manera de José Ángel Buesa, aquello de “Pasarás por mi vida sin saber que pasaste y al pasar fingiré una dulce sonrisa como un dulce contraste…” (lo cito mal y de memoria, que alguien me corrija plís y lo complete).  Ya en la universidad todo cambió, sobre todo cuando lees más y trabajas tus técnicas de escritura, las pules mientras escribes y escribes y lees mucho más.  Pero hay una sensación de ritmo que no te abandona cuando un poema está por llegar, es como un viejo amigo que ha decidido tocar a la puerta y viene cambiado del viaje, eso también es el intento del poema.  Daniel Torres, el poeta actual está maleado también por las lecturas, porque te atosigan y a veces tiene uno que soltarlas y volver sobre el lápiz y el papel o la tecla y la pantalla y dilucidar ese misterio particular del verso.  Me falta todo por escribir, por eso es todavía preliminar esta poesía (in)completa del título y este junte de 1981 a 2011, treinta años de poner una palabra al lado de otra. De ahí se podrán salvar muy pocos poemas, de seguro.  Ya tengo en mente volver sobre esos hijos (poemas) realengos que no llegaron a este corte de En (el) imperio de (los) sentidos, donde he incluido dos poemarios o series de poemas inéditos: Merlín y De Efe, así como plaquettes nunca antes difundidas en libro. En la última parte se anuncia lo que sigue, en Y otros poemas sueltos, porque los que se han quedado en el tintero de la imposibilidad final cuando editamos todo, algún día no muy lejano volverán a asomar desde ese mismo tintero y pedirán su cuerpo, el cual apenas tienen en esbozos.  Porque escribir, editar y reescribir es lo que más hacemos.”

AMF: ¿Hay fecha para presentación? ¿Qué expectativas tienes con esta publicación?

DT: “Será este verano, en mi consabido viaje a la Isla, pero todavía no hay nada concreto.  Ahora mismo ando por México hasta mayo y, de ahí que vuelva a Ohio, mi base de operaciones, podré tomar una decisión para brincar el charco una vez más y volver de este sexilio a avistar las playas de nuestra tierra. A ver si se hace una presentación contigo y con Ángel Antonio, que son los padrinos de este proyecto. Con la inigualable Lizza Fernanda que ya me dijo que sí, que ella me hará el honor de presentarlo.  Imagínate, guerra de nervios, porque Lizza no se casa con nadie y dirá lo que realmente piense, que es como de verdad se deben presentar los libros, mensajeros incansables de las palabras. Espero que el libro se lea, ésa es mi única expectativa…”

“Me llega en colores sepias con almohadas, papel y luces diciendo: “Cuando no estás a mi lado”.  La abro toda llena de palabras y ahí a la izquierda está el Pancho esperándome al lado de un nido de amor que se prepara todito de corazones en las pajas de las ramas y las hojas que se extienden hasta el otro lado del tríptico de la tarjeta postal donde estás de rodillas, en cuatro patas, con el culo al aire, como me gusta, también esperando…  La palabra “Amor”, con mayúscula, está escrita entre medio con tu firma como una amenaza o una consigna de ese estar entre tu pinga y tu culo, siempre en medio, en el “no es sólo coger ni también ser cogido al unísono”; penetrar y ser penetrado a una, abriéndome la Tostada y la Guayaba para que el Pancho repose y se espabile entre estas nalgas dispuestas que se lo tragan inmisericordes para después agarrarte por las caderas y hundirme en ti como en un naufragio de leche y bolas que cuelgan con el Pancho saliendo por el otro lado mientras el Pedro reconoce sus dominios y se viene en grande goteando por todas partes con mi saliva en tu espalda y tu sudor en la mía… Nuestros jugos corporales de parte a parte van redundando este estar entre medio de ti y de ti.”  Daniel Torres, Mirando tu tarjeta postal…

 

 

*Te invitamos a leer la entrevista que realizamos para El Post Antillano: http://www.elpostantillano.com/pagina-0/critica-literaria/3436-ana-maria-fuster-lavin.html