¿Por qué Brasil y no Puerto Rico?

Política

altEs tan curioso: en Brasil anunciaron un impuesto al transporte público, para poder paliar la crisis energética y mejorar los recaudos, que movilizó al país a la calle. En un país con una población de casi 200 millones de habitantes, es de esperarse que en una noche se movilice un millón de personas para protestar contra el gobierno. Aunque esto apenas constituye el .5 por ciento de la población, parece significativo cuando se escuchan las palabras más que cuando se hace el cálculo.

Ayer la presidente de Brasil, Dilma Rousseff se reunió con el grupo de jóvenes y sectores obreros que habían iniciado las protestas bajo el nombre de “Movimiento por el pase libre” del transporte público. Les expresó entre otras cosas que habría de realizar una consulta popular para ver que tipo de reformas políticas son necesarias en Brasil hoy.

Dicho lo anterior, el principal problema de Brasil es la marginación y exclusión, casi a perpetuidad, de los ya excluidos. Un país donde el 60% de la población es de origen racial negro, la representación de estos en las esferas sociales es abominable. Por otro lado, aunque la pobreza fue reducida en los años de gobernación de expresidente Luis Ignacio Lula Da Silva, la misma ha vuelto a ampliarse nuevamente. Dicho esto, el principal problema de Brasil yace en la caída económica de un crecimiento del PIB de 7.5 por ciento en el 2010, a un 2.7 por ciento en el 2011, y a una drástica caída en el 2012 de .09 por ciento. Con estos números es muy difícil pensar en futuro en Brasil.

Pero ahí la relación con Puerto Rico. Este pedazo de Caribe, tiene índices económicos de crecimiento en negativo por los pasados ocho años. Más aún, ha perdido a 100 mil personas en la última década en sus edades más productivas y mejores educadas. Entonces lo curioso es que los brasileños se tiraron a las calles, y los boricuas migramos.

Habría que pensar porque se dan las revueltas sociales. Aunque en Puerto Rico si ha habido protestas contra el gobierno, en particular en el periodo de 2008 a 2012, lo cierto es que las mismas han sido más limitadas, y no han logrado detener los empujes del neoliberalismo.

Aprendamos pues de Brasil. Entendamos que está pidiendo el pueblo, y como de ellos y ellas podemos nosotros movilizar a nuestros gobernantes. Con menos del uno por ciento de la población movilizada, se puede hacer algo significativo.