Se ha abierto un importante debate en Puerto Rico a partir de la descriminalización que anunciara recientemente el gobierno de Washington, en torno a no procesar criminalmente a los poseedores de marihuana para uso medicinal o recreativo. Esto fue, a partir de las lógicas represivas de Washington, un cambio paradigmático, y su efecto es cultural.
Así las cosas los legisladores de Puerto Rico han abierto un interesante debate en torno a descriminalizar la marihuana. Se presentaron varios proyectos de ley con esos fines. Me pregunto: ¿cuál es el efecto en la población de abrir este debate? Para muchos de nosotros constituiría dar un reversaso a 100 años de haber predicado un tipo de palabra. Esto incluye sentarse con sus hijos y explicarles que está bien ahora fumar, bajo ciertas reglas que incluirían entre otras cosas ser mayor de edad, y bajo ciertas limitaciones. No es una coyuntura fácil, pues el movimiento requiere dejar de ser de una forma y pensar de otra.
Ahora bien, lo que me tiene sumamente impresionado es que en tan sólo nueve meses, sin haber resuelto mucho de la crisis económica que afecta el país, el Partido Popular Democrático no le tema a meterse en debates que son complejos y de los cuales en apariencia ha hecho mover al país. En particular, han abierto una agenda de internacionalización de la isla, que no tenía referentes recientes. En otras palabras, hemos puesto a Puerto Rico en un mapa regional e internacional que es sin lugar a dudas un cambio fundamental para todos y todas. Por otro lado, se abrió el debate de los derechos de equidad para la comunidad LGTTB, y de eso ni comentar puedo. Puerto Rico ha demostrado estará a una altura impresionante en la lucha por la equidad. Pero tal vez lo más importante, es que la comunidad religiosa de corte fundamentalista y conservadora, ha sido escuchada pero no ha podido influenciar los procesos políticos. Esto sí que es nuevo para todos y todas nosotros.
Entonces, si el Partido Popular Democrático (PPD) logra pasar esa legislación que despenaliza el uso de la marihuana, Puerto Rico estaría frente a una situación muy curiosa. Por un lado, seguimos pobres y con una economía maltrecha. Pero por otro lado tendríamos un país, territorio colonial, con un nivel de liberalidad nunca antes visto. Seríamos el país en el Caribe de mayor avanzada, más que Cuba, a pesar de no ser soberanos.
Con esta movida el PPD lograría una transformación cultural, en lo que va de año, que dejaría sin sentido a muchos discursos de izquierdas que aún se escuchan en Puerto Rico, y a varios de los partidos emergentes. En sin lugar a dudas un momento interesante y ocurrente. Estamos ante muchos cambios culturales, sin aún haber asimilado mucho de lo que estamos viviendo.