Luchemos por la igualdad, en donde sea, incluyendo el COI

Cultura

El puertorriqueño Richard Carrión, estuvo cerca de ser elegido como nuevo presidente del Comité Olímpico Internacional.  En la reunión que sostuviera dicho cuerpo en el día de ayer en la ciudad de Buenos Aires, al momento de la votación por el nuevo presidente, el candidato-electo Thomas Bach, obtuvo 49 votos.

Luego le siguió el único contendiente a ser considerado con capacidad de vencer  en la contienda: Richard Carrión con 29 votos. No ganó, pero me pregunto, ¿quién realmente pierde con el resultado de las elecciones de COI?

Me parece que el verdadero perdedor lo es el propio Comité Olímpico Internacional. En la medida que desde el 1894, cuando se constituyó este organismo como rector de los juegos olímpicos, de los nueve presidentes que el cuerpo ha tenido ocho han sido europeos, salvo uno que fue de origen de los EE.UU.  En otras palabras, el consenso de esta organización es que la diversidad, vista por la selección en el origen de sus presidentes, no es una representativa del mundo que dicen incorporar. Hay algo xenofóbico en la decisión de asumir, por décima vez consecutiva al hombre blanco, del norte, europeo en su mayoría.  El coste político de esta decisión, por encima de un gran candidato que venía del sur y en particular del caribe, deja mucho que pensar de esta organización.

Richard Carrión asumió de forma estoica la decisión del colectivo. En esta medida, su derrota tiene varias vertientes. Es la derrota de un miembro del territorio-colonial de Puerto Rico, que intentó ser igual en el concierto de países soberanos. Por otro lado, el hombre parte de una región, que reclama participar de tú a tú con el resto del planeta.

Independientemente del resultado, lo importante es conseguir un espacio para seguir presentado este particular cambio cultural que estamos viviendo en Puerto Rico.  Bajo este cambio cultural, bajo todas las esquinas las personas comienzan a reclamar ser tratados como iguales en el teatro de países soberanos.